No eres tan productivo como te gustaría y quizás te sientes culpable por ello.
Está de más decirte que aquí la culpa no soluciona nada y que más valdría ocuparse de investigar y enmendar las causas donde se halla la raíz del problema.
Pero, ¿cómo te quitas ese sentimiento agrio de en medio para abordar el asunto?
Es difícil hacerlo cuando miras alrededor y te parece que todos están haciendo lo suyo, menos tú, que por la razón que sea estás ralentizado. El día se va sin que te des cuenta… y no te cunde el trabajo.
Aunque no lo digas en voz alta, sientes unos incómodos remordimientos que se van acumulando. ¡Oh, no…! Hay que salirse de esa espiral.
Ojalá existiera un método que sirviera para todas las situaciones y personas, pero no es así. Te va a tocar experimentar: Probar distintas ideas y quedarte con las que funcionen en tu caso.
Qué hacer cuando te sientes culpable por no aprovechar el tiempo
Vamos a poner algunas de esas ideas sobre la mesa para que las vayas barajando:
1. Sé compasivo contigo
No te vas a sentir mejor si, cuando la culpa aprieta, te dices a ti mismo lo lento y lo torpe que eres. Déjalo estar y adopta una actitud más amable: Cuídate.
Duerme bien, come bien y di que NO a más peticiones. Quizás con esto baste y, si no es así, ten paciencia para ir realizando pequeños cambios hasta que la situación mejore.
2. Elimina recordatorios nefastos
Quita de la mesilla de noche ese libro que llevas meses intentando leer (y no has encontrado tiempo para hacerlo). Saca de tu vista la montaña de papeles pendientes de ordenar y quédate con lo que necesitas en ese momento.
En definitiva, quita de en medio lo que pueda alimentar la culpa. No te preocupes, que nadie se lo va a llevar.
3. Establece plazos
A tus compromisos o tareas más importantes trátalos como a una cita: ponles día y hora, para empezar con ellos y para acabarlos.
Por supuesto, parte de esos compromisos prioritarios son los que destinas a cuidar de ti y a pasar tiempo con los tuyos, ¿a que sí?
4. Simplifica
Lo hemos escrito muchas veces: Elige lo que vas a hacer hoy y el resto, déjalo fuera. Céntrate en lo importante y trata de que tu lista sea corta (de 3 a 5 tareas enjundiosas, como mucho).
Y, si hay que organizar más concienzudamente una situación, no te agobies. Di lo que Escarlata O’Hara: Ya lo pensaré mañana. (Procrastinación inteligente.)
Apúntalo en tu agenda y… ¡pa’lante!
5. Trabaja en bloques de tiempo
Yo te lo recomiendo, porque me va muy bien. Estar trabajando a piñón fijo un montón de horas no es una buena idea.
Prueba a fijar un tiempo en el que vayas a toda máquina en la tarea que tú elijas y sin pensar en otra cosa. ¿30 minutos? ¿40?… Depende de ti.
Usa la técnica pomodoro o esprinta durante un rato a lo Usain Bolt. E intercala esos bloques con descansos, claro.
6. Planea pequeñas victorias
El truco consiste en dividir las tareas más engorrosas o en elegir tareas algo más simples que te sirvan para arrancar y sacudirte la sensación de estancamiento. Cuando termines una, tendrás más ánimos para la siguiente.
Por ejemplo, ¿ordenar una habitación donde está todo patas por alto?: (1) Sacar los trastos que no sirven. (2) Re-distribuir los espacios. (3) Barrer, etc.
Divide y vencerás.
A ver si algo de lo anterior te sirve para ir superando la jorobante sensación de culpa. Y, si no, ya sabes… Prueba de otra manera. Haz pequeños ajustes y ya verás como acabas encontrando el compás con el que bailas más a gusto.
carmen morella garcia rivas dice
Muy buenos TIPS, para vivir mejor,gracias por compartirlos.-
Casandra - TBM dice
Muchas gracias a ti por pasarte a leerlos. 🙂
Alejandra dice
Hola! he leído varias entradas tuyas en un solo rato, me agradaron bastante y quería agradecer por compartir este espacio ^^ Saludos!
Casandra - TBM dice
Hola, Alejandra.
Muchísimas gracias por tu notita. Me anima mucho. 🙂
Seguiremos compartiendo cosillas por aquí. Un saludo!!