El estrés está presente en los sucesos cotidianos. No solo lo afrontamos en males mayores como una separación, un despido, una enfermedad…
Cada día nos enfrentamos a situaciones estresantes que hemos de aprender a manejar, por el bien de nuestra salud y también para desenvolvernos mejor en esas situaciones más trascendentes.
¿A qué situaciones cotidianas nos referimos?
Controlar ese estrés HOY para prevenir los problemas de salud de MAÑANA
Cómo manejamos las situaciones estresantes del día a día repercute en la salud que tengamos años más tarde.
Así lo revela una investigación acerca del estrés realizada en la Universidad Estatal de Pensilvania, que publicada en ScienceDaily.
El profesor David Almeida nos da un ejemplo clarito:
Si hoy te enfrentas a un montón de trabajo que hacer y estás muy agobiado, tienes más papeletas para que tu salud se resienta de aquí a 10 años, que otra persona que tiene el mismo trabajo y se lo toma con más calma.
Almeida y sus colegas investigaron la relación entre los eventos estresantes de la vida cotidiana y su impacto en la salud y el bienestar 10 años más tarde.
Encuestaron telefónicamente a unas 2000 personas durante 8 noches consecutivas para preguntarles qué tal les había ido en las anteriores 24 horas.
Les preguntaban sobre cómo habían empleado su tiempo, de qué humor estaban, si habían discutido con alguien, etc… Y también sobre cómo se sentían físicamente.
En definitiva, se fijaban en cómo iban afrontando sus experiencias en días consecutivos.
Además, tomaron muestras de saliva de esas 2000 personas en 4 ocasiones durante esos 8 días, para medir la cantidad de cortisol (hormona del estrés).
Todo esto lo hicieron en 1995 y diez años después, en 2005.
¿Resultados?
Los investigadores descubrieron que las personas que se agobiaban a diario por situaciones estresantes (e incluso seguían preocupadas cuando habían pasado) eran más propensas a sufrir enfermedades crónicas en el futuro, como la artritis o problemas cardiovasculares.
Para explicarlo mejor, el profesor Almeida distingue entre dos tipos de personas: la que se pega como el velcro a una situación estresante y sigue pegada todo el día, y la persona que es como el teflón: deja que lo estresante resbale y se «limpie» pronto.
Osea, que es más probable que se resienta la salud de la «persona velcro».
Almeida nos dice que hay cierto tipo de personas que experimentan más estrés que otras.
Por ejemplo, los jóvenes tienen más estrés que las personas mayores. Las personas con más habilidades cognitivas tienen más estrés que las personas con menos habilidades cognitivas. Y la gente con mayor nivel educativo también tiene más estrés que la gente con un menor nivel.
PERO no es el estrés lo que daña la salud, sino la manera de afrontarlo y, en este sentido, Almeida nos dice que las personas mayores (de 65 años en adelante) reaccionan peor al estrés porque han perdido práctica manejándolo.
Las personas más jóvenes, como lidian con eventos estresantes con más frecuencia, lo afrontan mejor.
También tienen más recursos para manejar el estrés las personas con más habilidades cognitivas y con buen nivel educativo.
El estrés forma parte de la vida y, según el profesor Almeida, la solución para proteger la salud no pasa por eliminar las situaciones estresantes, sino por aprender a manejarlas mejor.
Consejos prácticos para manejar los pequeños desastres del día a día
Los pequeños desastres no merecen que nos desgastemos tanto y que echemos el día al completo por la borda.
En Psychology Today nos dan 3 consejos para manejar estas situaciones.
Piensa en positivo
El pensamiento positivo no consiste en ignorar el problema, sino en buscar soluciones.
¡No! Se me ha roto la lavadora en el peor momento. Si es que no puedo tener más mala suerte…
Para empezar, evita darle tantas vueltas a ese «desastre» y a lo mal que te sientes. Quítale importancia y enfócalo de otro modo, viéndolo como un reto menor que no te supera.
Relájate
Cuando se te rompe la lavadora en el peor momento, ¿cómo vas a relajarte? ¿Y en un atasco de tráfico?
Pues, ¡claro que puedes relajarte! Cuando suceden estas calamidades cotidianas, es hora de poner en marcha algún mecanismo para tomar el control.
Puedes respirar despacio, mientras le quitas importancia al asunto y recreas esa confortable sensación de que todo está bajo control.
Tómate unos minutos para meditar o hacer ejercicio. Es más, hazlo cada día. Entrénate para darle a tu cuerpo la calma que necesita en esos momentos.
Hace poco hablamos de que el ejercicio físico practicado con regularidad te protege del estrés futuro.
Recompénsate
Cuando dejes atrás ese desastre cotidiano, tómate tiempo para relajarte con alguna actividad placentera (tu hobby, ver una película…).
Así compensas y le das otro saborcillo a este día. Recuerda que mañana te esperan otras aventuras y pequeños problemas.
Ya sabes, la vida trae de todo un poco. No te tomes los pequeños desastres tan en serio. Míralos como algo natural, que tú puedes sobrellevar.
Inicia el día con el propósito de NO desgastarte por ellos
¿A qué vas a dedicar hoy tu tiempo, tu energía, tu atención…?
Siendo recursos tan valiosos, tiene sentido que los inviertas en lo que es valioso para ti: tú, tu gente, tus metas, etc.
Intenta recordarlo a menudo (que yo haré lo mismo): no desperdicies esos recursos en inconvenientes, distracciones y minucias que no merecen el gasto.
Déjalos atrás, tan pronto como puedas, y enfócate en lo que es importante (para ti).
¿Alguien con quien apenas tienes relación te miró mal? ¿Te hizo un comentario estúpido que te sentó como una pedrada? En cuanto te sacudas, deja que sea su problema y sigue con lo tuyo.
¿Un imprevisto te salió al paso? ¿Tus planes del día no resultaron? En lugar de hacer una tragedia griega al respecto, acepta la realidad como es y, en cuanto puedas, deja atrás el mal trago.
Observa que pocas veces te has equivocado cuando lo has hecho así.
Recuerda lo bien que te has sentido con tu decisión cuando has dejado pasar las minucias molestas, cuando te has elevado sobre inconvenientes que antes te sacaban de quicio, cuando has invertido más en lo importante que en lo intrascendente.
Hazlo así hoy también. No gastes tus recursos valiosos en asuntos de poca monta. Inviértelos en lo que importa.
Son intenciones personales. Ojalá que compartamos algunas. 😉
Entradas relacionadas con el estrés cotidiano:
- Soluciones para 10 situaciones comunes que causan estrés.
- Recordatorios diarios anti-estrés.
- Ideas para combatir el estrés con buen humor.
Entrada publicada en noviembre de 2012, republicada en octubre de 2018.
Gracias por venir.