Cada celebración tiene sus detractores y los de San Valentín crecen año tras año. Argumentan que, lejos de ser divertida, es una fecha artificial, comercial y estúpida.
Viéndola así, a cualquiera de nosotros se nos ocurrirían razones para odiarla con todas las letras.
No tienes pareja
- Es un recordatorio de que nadie te quiere. Estás solo.
- Intentas pasar de largo, sin éxito. Los escaparates se adornan con corazones, en la tele te ponen comedias románticas y cualquier página en Internet tiene una entrada dedicada a San Valentín. (Ésta, no. Se publicó el día 13.)
- Te entra la «depre». Lloras.
- Los demás dan por sentado que te sientes mal.
- No falta quien te mire con pena o te diga: Ya lo celebrarás el año que viene.
- Se te pasa por la cabeza la idea de enviarte un regalo a ti mismo, para que los demás no piensen que eres un perdedor.
- Remontas el ánimo y decides salir a cenar para hacerte un merecido homenaje. Lo encuentras todo atestado.
Y todavía es peor si tienes pareja…
- Todavía estás moderándote por haber engordado un poquito durante la Navidad y aquí llega la fiesta de los bombones.
- Las flores suben de precio hasta las nubes.
- ¿Sólo vas a darle flores a tu pareja? No. Eso ya lo hiciste el año pasado. Tienes que sorprenderle con otra cosa.
- Pasas un montón de horas buscando la «sorpresa». ¿Ositos, globos, pasteles…? ¿Quién necesita más de esto?
- ¿Y qué le pones en la tarjeta? ¡Caramba! No se te ocurre nada. A pensar otra vez…
- Esperas que tu pareja se haya acordado y esté haciendo lo mismo que tú. Aún no te has recuperado del San Valentín anterior, cuando se apareció con unos calzoncillos de corazones. Cruzas los dedos para que se le ocurra otra cosa.
- Te abandona la inspiración romántica y sientes… ¡estrés!
- El prójimo te pregunta cómo vas a celebrar el día y se inicia una competición absurda. Tienes que contarles algo interesante y lo peor es que mañana te vuelven a preguntar qué tal te fue la velada.
- Piensas que Fulanita y su pareja van a pasar un día divertido y vibrante. Qué envidia. Después no es para tanto, pero, sólo por eso, tú crees que su relación es mejor que la tuya.
¡Qué fiesta tan horrible! ¡La odio!
¿Odio? No te desgastes con eso
Con el odio desperdicias tu energía y lo pasas mal. ¿Qué tal si, en lugar de detestarla, te resbala completamente?
San Valentín es una fecha en la que abunda el color rojo y muchos retozan entre flores, bombones y globos… Unos se divierten y otros no (como pasa con las navidades). Sumarse es opcional.
Después de todo, tú puedes celebrar el amor en este día, hacer 300 San Valentines por año o tirarle dardos a Cupido.
Deja que la gente haga, diga y piense lo que quiera. Lo que tú hagas depende sólo de ti y cómo te sientas, también.
Por mi parte, ya tengo celebración para mañana (desmarcada de lo que sugiere la fecha) y espero que tú, hagas lo que hagas, lo disfrutes.
Imagen de Sister72