¿Te gusta pasear al caer el sol? Yo soy más de pasear a primera hora de la mañana, cuando el día está despertando. Me llena de energía que mi cuerpo se desperece al ritmo del amanecer.
Pero hay personas que disfrutan más esta actividad al atardecer, porque la aprovechan para ir liberándose de las tensiones del día antes de ir a dormir.
Precisamente, ésa es una gran ventaja de pasear por las tardes.
Desconectas del ajetreo del día
Sales a la calle y, a tu paso, vas dejando caer el peso de las preocupaciones y los problemas del día. Es hora de relajarse para recobrar fuerzas.
Simplemente, caminas mientras observas lo que encuentras a tu paso y te dejas llevar por el momento. Es mucho más fácil relajarte así que en la misma habitación donde has estado batallando durante horas, ¿o no?
Reflexionas
Y si gustas de reflexionar sobre lo que has hecho durante el día o de buscar inspiración para lo de mañana, también es ésta una actividad que te lo pone fácil.
Respiras, sin prisas ni presiones extra, mientras los pensamientos fluyen ágilmente. ¿O acaso no piensas mejor cuando estás más tranquilo?
Así, cuando vuelves a casa, estás casi, casi preparado para dormir a pierna suelta.
Si no acostumbras a pasear (y nada te lo impide) podrías probar esta actividad, a ver qué tal te sienta.
¿Cómo hacer del paseo un hábito?
Esto lo sabemos, porque no hay diferencia con cualquier otro hábito del estilo. Vamos a repasar los 3 puntos esenciales:
1. Elige una hora. Ya prefieras la tarde o la mañana, para hacerlo costumbre es mejor que te fijes una hora concreta. ¿Al salir del trabajo? ¿Después de merendar? Como quieras, pero ponle un número: Las 7, las 8, las 9…
2. Establece la duración. Al principio, da paseos cortitos. Comienza por 15 ó 20 minutos y, cuando te hayas acostumbrado, aumenta el tiempo si te apetece.
3. Planea el recorrido. Es más fácil todavía si eliges un itinerario fijo durante los primeros días, porque antes se automatiza la costumbre. Después, la idea es ir variando para disfrutar del paseo a tu manera.
Y he aquí una costumbre placentera, relajante y muy saludable, de lo más sencillito que hay.