¿Eres un buen amigo? ¿Qué le dices a un amigo tuyo cuando se equivoca o cuando va más despacio de lo habitual en el camino que elige?
- Tu amigo se apuntó a un curso y es de los más rezagados de su clase.
- O decidió no fumar más y, después de un mes sin hacerlo, tropieza con un cigarrillo.
- Tal vez decidió comer sano. Con algunos errores en su dieta, ya que tú lo ves más voluminoso cada día.
- O abrió su negocio y le va de pena…
¿Qué palabras le dedicas?
- Eres tonto para dejártelo de sobra.
- No tienes fuerza de voluntad. ¡Flojo!
- Estás hecho un tonel y así te vas a quedar.
- ¡Qué idiota! ¿Cómo querías tener éxito con esa pamplina?
Háblate como a un amigo
Tengamos en cuenta esta definición de “amistad”, según la RAE:
Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.
Según la definición, no parece que esas frases terribles tengan que ver con la amistad. Son bastante desagradables; más propias de un enemigo.
Vamos a suponer que tú, que quieres a tu amigo, tratas de animarlo en lugar de hundirlo más. Y, si acaso le haces una crítica, es constructiva y respetuosa.
Si es el caso, intenta darte cuenta de cuándo te dices esas lindezas y para. Calla a esa voz interior. Prescinde de esa basura.
Cuando falles, cuando caigas, háblate como a un amigo. Después de todo, la relación que mantienes contigo mismo es la más larga de tu vida. ¿Para qué quieres llevar a un enemigo dentro?