¿Pasas mucho tiempo entre las cuatro paredes de tu casa? ¿Qué malos hábitos has adquirido como consecuencia de esto?
Ya sea por cuestiones de estudio, de trabajo, de enfermedad, de decisión propia o por otras razones, somos bastantes las personas que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en casa.
Y muchos de los que estamos en esa situación, vamos adoptando una serie de costumbres sin considerar que pueden resultar perjudiciales.
Comparto contigo cuatro de mis malos hábitos, que adquirí años atrás (cuando me quedé en paro) y los mantuve hasta que me di cuenta de que eran realmente nocivos.
Espero que tú no tengas ninguno de éstos:
Perder la noción del tiempo
Cuando estás de vacaciones o pasando una velada maravillosa, es fantástico sumergirse en la experiencia y no mirar el reloj. Pero, si estás en casa y tienes diversas obligaciones que atender, has de organizarte.
Yo estaba tan emocionada cuando empecé a escribir en este sitio (y en otros) que no le di importancia a cómo administrar el tiempo.
Empezaba a las nueve de la mañana y se me pasaban las horas sin darme cuenta. Me entretenía en nimiedades y, si algo no me gustaba lo suficiente, lo dejaba para más tarde.
¿Consecuencias? Descansaba poco. Producía poco. Y dejaba de lado menesteres que también eran importantes.
Menos mal que fui poniendo en práctica ideas como: Planificar las tareas del día, hacerlas sin dilación, ponerme límites para terminarlas y reservar un tiempo de descanso in-to-ca-ble.
Tú puedes tener tu propia organización, siempre que tengas alguna. Las ventajas obvias de esta sugerencia son: que te rinde mucho más el día y que vives más relajado.
Vestirse con ropa demasiado cómoda
Cuando estás casi todo el tiempo metido en casa, es una tentación vestirse con camisetas anchas, con chándal, con lo más viejo que uno encuentre en el armario o quedarse en pijama, mismamente.
Eso hacía yo cuando dejé de trabajar en el exterior. Al principio, pensé que era lo más sano. Pero nada de eso.
Tienes una mejor disposición para el trabajo cuando vas vestido con la ropa apropiada (como si trabajaras fuera de casa).
Además, te sientes más contento cuando estás bien arreglado, más a gusto contigo mismo. Y eso también ayuda.
Compruébalo, si no lo has hecho. Arreglarte, aunque no salgas de casa, tiene más efecto del que parece.
Decir “SÍ” demasiadas veces
Si, por algún motivo, has tenido que pasar una temporada sin salir apenas de casa te habrás dado cuenta de que algunas personas piensan que tienes todo el tiempo del mundo para hacer lo que quieres. Por eso, no se cortan pidiéndote que hagas esto o aquello por ellos.
Yo antes decía que sí a más peticiones, haciendo a un lado mis prioridades. Ya no.
Ahora soy más selectiva y, si alguien no entiende que quienes trabajamos dentro de casa sí tenemos trabajo, lo siento mucho pero no es mi problema.
Aislarse del género humano
Éste es el mayor error que cometí cuando me “encerré” en casa. Dejé de relacionarme como antes; dejé de conversar con variedad de personas. Y, cuando me di cuenta, me faltaba soltura hasta para saludar con naturalidad a la cajera del supermercado.
Eso me pasó porque mis amistades eran compañeros de trabajo. Claro, al dejar el trabajo y perder poco a poco el contacto, me quedé bastante aislada.
Actualmente me hallo resolviendo esa situación. Intento aprovechar las ocasiones para socializar con el entorno. Salgo más de casa y procuro interactuar con el prójimo.
Esta práctica influye positivamente, tanto en el estado de ánimo, como en la facilidad y la motivación para trabajar.
Así es que, dada la experiencia, también te la recomiendo: No pierdas contacto con tus amigos y conocidos. Mantén conversaciones profundas o triviales, pero habla. Habla con la gente.
Ya ves. Hay hábitos que son dañinos y nos damos cuenta a posteriori.
Si estás mucho tiempo metido en casa, ¿qué tal si le das una revisadita a los tuyos? Yo sigo haciéndolo y aprendiendo de los errores. 😉
Imagen de stain
Gaby dice
la imagen del chico con la laptop me describe a la perfeccion :/
Casandra - TBM dice
Yo también lo he hecho, ja, ja… Bueno, así tenemos ocasión de hacer las cosas de otra manera. Gracias, Gaby. 🙂
Daniel dice
Yo cometía errores mucho peores… sobre todo el comer en exceso, no hacer nada de ejercicio, embobarme con la televisión y el ordenador (procrastinación en estado puro). Después de mucho tiempo así descubrí que lo mejor es salir y dar un paseo (cuesta mucho hacerlo cuando llevas tiempo sin salir de casa), ir a una biblioteca, etc.
No te quedes en casa. Es muy malo estar así por tiempos prolongados. De hecho, ahora que trabajo fuera, si me tengo que quedar algun día en casa vuelvo automáticamente a esos malos hábitos y me siento mal por no aprovechar el tiempo (cosa que si hago fuera de casa).
Por todo ello llegué a una conclusión: estar en casa es para descansar, ocio y para la familia. Nada de trabajo ni estudiar. El estudiar se hace en la biblioteca o a otro sitio. Por lo menos así sales y separas el lugar donde haces cada cosa.
Casandra - TBM dice
Me has retratado, Daniel, salvo en lo de comer en exceso. (Es que no he mencionado todo lo que he hecho mal, porque me habría salido una novela.) 😀 Seguro que a muchos nos ha pasado algo parecido. Muchísimas gracias por tu experiencia y por tu recomendación.
Y para quienes trabajamos en casa también es útil. Siempre se puede intentar separar el entorno de trabajo del de descanso o hacer un horario para que no se mezclen.
Saludos!
mia dice
Y si nunca te relacionaste con nadie, como empiezas a hacerlo para salir más?
Casandra - TBM dice
No digo eso, sino que limité mucho mis interacciones al estar en casa tantas horas, porque yo solía salir por ahí con mis compañeros de trabajo. Cuando tiramos cada uno para un lado, fuimos perdiendo el contacto.
Ahora estoy saliendo más y buscando oportunidades para socializar con mi entorno. 🙂
Es cuestión de proponérselo. Por ejemplo, ya formamos un grupito quienes coincidimos por la mañana en el parque haciendo ejercicio. 😀 Del contacto frecuente (y un poquito de tiempo) salen nuevas amistades.
pame dice
bueno yo te leo desde hace un tiempo, me encanta lo que escribes, no he logrado llevar a la practica tus consejos, pero en la teoria me orientan a saber que es lo que estoy haciendo mal y seguir intentando corregirlo.
Creo que hasta ahora lo unico que he llevado a la practica constante es el ni darme por vencida y seguir intentandolo.
Lo que me llama mucho la atencion, aunqeu no tiene relacion con el articulo es qué ganas tu escribiendo en este blog. porque con el tiempo puedo percibir que hay un trabajo importante atrás.
cosas que una se pregunta.
un abrazo y grafcias por el tiempo que dedicas
Casandra dice
Hola, Pame. 🙂
Muchas gracias por tus palabras. Ando de remodelaciones en el blog, precisamente.
He ganado bastante con él, si hablamos de aprendizaje y de construcción de hábitos. Llevo casi 8 años de trabajo. Últimamente estoy pensando en sacarle también rendimiento económico. A ver por dónde tiro, porque lo veo difícil. Lo estoy estudiando.
Ya veo que estamos en el mismo equipo, el de los que no se rinden. 😉
Gracias de nuevo. ¡Un abrazote!