Si, de vez en cuando, sientes el temor de aburrirte como una ostra y no es una experiencia que te encante, recuerda estas 3 cosas.
Porque creer que vas a aburrirte llega a ser más fastidioso que aburrirte de veras.
Para bien o para mal, yo no le temo al aburrimiento ni suelo aburrirme con frecuencia. Pero tengo amigas que sí pasan por ello. De ahí viene la inspiración para la entrada.
¿Cómo es para ti la experiencia de aburrirte como una ostra? ¿Anticipas el aburrimiento que te espera en ciertas ocasiones?
Si es así, vamos a recordar 3 cosas. Eso es: recordar. No hay que aprender nada nuevo. Tan solo refrescar esas experiencias que ya has vivido.
Aburrirse como una ostra no volverá a ser lo mismo
La expresión “aburrirse como una ostra” significa que te espera un momento carente de estímulos, de emoción… ¡de vida! El tedio te acercará a la muerte (por un rato), dejándote en un insoportable estado de letargo.
Imaginarlo te causa dolor y no quieres pasar por ahí. Pero, ¿quién dice que tus expectativas estén acertadas?
1. Tus expectativas pueden fallar
Primera cuestión a recordar. No sería la primera vez que anticipas un aburrimiento mortal, para que la realidad te desmonte el mal presagio y termines pasándolo bien y todo. O, al menos, no tan mal como creías.
Es incluso ventajoso tener unas expectativas pobres acerca de la situación.
Porque, cuando piensas que vas a pasarlo muy bien, la realidad necesita “esforzarse más” para dejarte satisfecho. En cambio, cuando careces de expectativas o son malas, cualquier aspecto positivo que se presente resalta más.
Recuerda que ser un poquitín pesimista está bien en ciertas ocasiones. Y, ya puestos, recordemos la segunda cosa.
2. Tu imaginación engorda la situación de emociones.
Suele pasar que, cuando imaginas que vas a aburrirte mortalmente, te parece que la emoción horrorosa que te espera será más larga e intensa de lo que será en realidad.
No tiene por qué ser así. Recuerda esos sucesos (buenos o malos), que imaginaste muy intensos. Y, cuando se presentaron, el momento real fue más descafeinado de lo que transcurrió en tu mente.
Anticipas que una reunión, por ejemplo, será infernalmente aburrida. Pero, ya que estás en ella, la emoción no es tan terrible. ¿Cuántas veces te ha pasado esto de estudiante, cuando no te apetecía entrar a tu clase menos favorita?
Así, enlazamos con el último recordatorio.
3. Tienes más manejo del que piensas.
Vamos a ponernos en lo peor, ¿vale? Supongamos que la situación resulta tan tediosa en la realidad como lo fue en tu imaginación.
Aun así, te las arreglarás para transitar el momento aburrido, porque tienes los recursos. ¡Ya lo has hecho otras veces!
Lo has hecho en clases, reuniones, esperas largas… Tal vez, la misma imaginación que te convenció de que aquello sería un sopor, te rescató del sopor llegada la hora.
Esas son las 3 razones por las que no temer al super-aburrimiento que ves venir:
- tus expectativas pueden fallar (y lo hacen a menudo),
- piensas que va a ser peor de lo que resulta
- y ya tienes tablas manejando sopores de tamaños variados.
Otras entradas sobre el mismo mal:
- 4 Grandes beneficios del aburrimiento.
- Ideas para no morir de aburrimiento.
- Soy una persona muy aburrida. ¿Qué hago?
Gracias por venir.
Imagen de tom bark en Pixabay.