Almuerzo tranquilo, naturalmente

¿A qué llamamos «almuerzo»?

Durante años de mi vida ni me cuestioné que el almuerzo era esa comida consistente que tocaba cada día más o menos a las dos de la tarde. Si la gente que tenía alrededor lo llamaba de aquella manera, «almuerzo», ¿por qué iba yo a dudar de su nombre?

Años después, viviendo lejos de casa, aprendí el significado original de «almuerzo»: «comida ligera que se toma a media mañana«.

Aunque la etimología de la palabra no está muy clara, es probable que esté compuesta por la partícula árabe «al» y «morsus«, que es «mordisco» en latín.

Supongo que en parte de España ha cambiado tanto el término, que se sitúa en un punto indefinido entre «al-mordisco» y «al-atracón», preferiblemente ejecutado entre las dos y las tres de la tarde.

Eso sí, sea como sea la maniobra y cuándo tenga lugar, además de para alimentarnos, es un buen momento para desconectar, ¿no te parece?

Beneficios de comer (o almorzar) tranquilamente

almuerzo

A ver, recordémoslos:

  1. Desconectar y relajarse, por supuesto, ya sean 20, 60 minutos o lo que fuera. El momento sirve tanto para recobrar energías físicas como mentales.
  2. Perder peso. Razón a considerar por aquellos interesados en adelgazar. Al llegar la señal de saciedad al cerebro (más o menos, 20 minutos después de que el estómago haya empezado a recibir comida) hemos ingerido menos cantidad que comiendo a toda pastilla.
  3. Evitar problemas digestivos. Mucho me temo que nuestro aparato digestivo es más partidario de comer con calma que de engullir. Si optamos por lo segundo, el organismo tratará de disuadirnos para la próxima vez con una amable advertencia en forma de acidez estomacal, estreñimiento… o a ver qué se le ocurre.
  4. Por placer. Tomarse unos minutos para disfrutar de las sensaciones que percibimos a través de los sentidos. Al comer de forma mecánica prescindimos de estas alegrías y no estamos para escatimarlas.

Durante mucho tiempo, el almuerzo ha sido poco más que un trámite para mí.

A veces disfrutaba más de la comida, pero no era lo habitual. Lo más frecuente era tomármelo como los coches cuando van a una estación de servicio: cuestión de combustible.

Con el tiempo uno va buscando maneras de disfrutar lo que tiene a su alcance y el primer paso, por supuesto, es valorarlo.

Ahora sé que comer no consiste únicamente en aportarle al cuerpo los nutrientes que necesita.

Por mi parte, le he encontrado un valor añadido: la relajación, el descanso.

No hace mucho que he aprendido a utilizar el tiempo del almuerzo para darme también un respiro mental y emocional. Espero que sea un aprendizaje duradero…

A todo esto, feliz almuerzo (cuando lo disfrutes). 😉

Imagen de jenny downing


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Comentarios
5 respuestas a «Almuerzo tranquilo, naturalmente»
  1. Vicky

    Y no nos podemos olvidar de la cantidad de personas que no tienen qué llevarse a la boca. Si es que somos privilegiad@s!

    1. Casandra

      Yo creo que nos acostumbramos a "lo bueno" tan rápidamente, que luego ni nos damos cuenta de que existe y prestamos más atención a las contrariedades que van llegando. Pues sí… Por mal que vayan las cosas, siempre hay un motivo por el que dar gracias.

  2. Casandra he de confesarte que a raiz de que aveces me convierto en esclavo del trabajo me salto el almuerzo, accion que segun me han dicho es casi casi como un pecado capital, pues esto podria traer muchos otros problemas, pero bueno, espero que no me continue pasando.

    Otro gran error que tengo que confesar es que si bien no me salto el almuerzo, lo hago mientras trabajo, osea que tambien es perjudicial. No hay nada mejor como dejar de trabajr, y almorzar, y si gustas acompannado de una lectura, pero que esta no tenga nada que ver con el trabjo, que se mas bien recreativa

    1. Casandra

      Ay, Juanka… Si yo tuviera que confesar todo lo que hago mal, necesitaría 20 blogs como éste. 😆 En mi caso, ahora soy ordenada con el almuerzo, pero he pasado algunas épocas en mi vida que es preferible olvidarlas. Pero estamos para eso, para mejorar y tratar de estar mejor cada día…

      Una vez que se le da «su sitio» al almuerzo, es un momento muy placentero. A mí la parte que más me gusta es la del descanso. Será que últimamente ando con la batería baja…