Cómo aprovechar la pereza para organizarte mejor

Puedes aprovechar la pereza para organizarte mejor. Infinidad de vagos ya lo han hecho.

Conoce los trucos que emplean para transformar en eficiencia su supuesta debilidad. Y, si te animas, practica con la batería de propuestas que vienen incluidas.

La pereza es una cualidad indeseable si no le sacas ningún partido.

Te priva de avanzar en tus objetivos y te va instalando progresivamente en un estado de sedentarismo físico y mental bastante lamentable. (Hablo en general.)

Sin embargo, como ocurre con la mayoría de los defectos, a la pereza también es posible encontrarle un puntito virtuoso. En su caso, un puntazo.

Transformando la pereza en eficiencia

Mucha gente organizada, que incluso escribe libros y blogs contando los secretos de su asombrosa prolijidad y productividad, son rematadamente vagos.

Por eso saben cómo exprimir cada minuto al máximo, para quitarse pronto de en medio lo obligatorio y “tumbarse a la bartola” lo antes posible.

día improductivo

¿Tiene sentido hablar de vagos productivos?

Sí, lo tiene y mucho. Un vago (con orgullo de vago) optimizará tiempo y esfuerzo adoptando hábitos organizativos muy prácticos.

Contemplemos a un vago en su hábitat natural. ¿Tienes algún vago en mente? Vamos a ver si cuadra con las siguientes conductas:

1. Tacha actividades de la agenda

Esto lo consigue otorgando distintos niveles de prioridad a las tareas y quedándose con las que son realmente importantes.

Más vale hacer tres o cuatro cosas al día bien hechas que un ciento mal hechas, ¿no crees? Y, además, se libra uno de vivir tan estresado. El vago simplifica.

2. No abarca más de lo que puede

La pereza está reñida con estar empezando multitud de tareas o proyectos a la vez.

Primero, porque con eso uno tiene papeletas para estresarse. Hay que hacer una tarea y después la otra, si encarta.

Segundo, porque muchos vagos son tan vagos que ni se molestan en descubrir que hay una gran variedad de opciones. Como no las conocen, no sienten la tentación de probarlas.

(Esto no es tan recomendable.)

3. Intenta hacer lo importante inmediatamente

El vago eficiente sabe que, cuanto más temprano empiece, antes terminará o se lo quitará de en medio. Demorarse en el comienzo le resta calidad al descanso.

4. Trabaja veloz y concentrado

Ya que ha empezado de inmediato, el vago es diligente.

¿La ventaja?

Ademas de terminar antes, la calidad del trabajo es aceptable y con eso se logra cumplir una máxima esencial que cumple todo buen vago: “No repetir los trabajos.

5. Delega todo lo que puede

¿Esto no puede hacerlo otro?

Si está en la posición de hacerlo, un vago de los buenos no va a permitir que se le escape ese chollo. El vago es un experto delegando tareas.

6. Elige lo que sea susceptible de mantenerse con el menor esfuerzo

Un vago ejemplar tiene en cuenta el tiempo que tendrá que destinar al mantenimiento.

Por ejemplo, si tiene que pintar algo en la casa, elegirá la pintura más resistente (siempre que pueda) para tratar de que aguante en buen estado todo el tiempo posible.

Y lo mismo hace con cualquier otra opción que se cruce en su camino.

7. Hace microtareas en bloque

Seguimos ilustrando la figura del vago con tareas domésticas.

Imagínate el momento de poner orden en la cocina, por ejemplo. Un vago deja que se acumulen varias tareas en la misma zona o del mismo estilo. Agrupa tareas.

Tratándose de la cocina, esto a veces es un poco molesto. Pero ocurre.

El vago, cuando se pone manos a la obra: friega los platos, barre y lo deja todo reluciente.

Haciendo todo lo que es de un mismo tipo de una vez se ahorra tiempo y el vago lo sabe mejor que nadie.

8. Toma nota de lo nuevo que ha aprendido

Más que por el afán de aprender, el vago lo hace para no tener que volverlo a buscar en el caso de que alguna vez le hagan falta de nuevo las instrucciones.

Como ves, la pereza es un defecto que se puede rentabilizar. Si lo hace este vago común, tú también puedes, que para eso eres un vago extraordinario. (Es broma.) 😀

A continuación tienes propuestas para ganar en productividad (siendo así de vago), si es que no has mandado el post al infierno a estas alturas.

aprovechar la pereza

10 Ideas productivas para el vago más vago

1. Define tus prioridades.

Decide qué es lo que más te importa en esta vida, para que lo que hagas (aunque sea poco) esté en consonancia con eso.

Esa es la esencia de la productividad. Más vale poquito, bien orientado, que mucho desperdigado.

2. Elige tus tareas.

Elige muy bien. Procura que haya pocas tareas en tu lista y deja espacios entre ellas. Las tareas que sean un desperdicio de energía, elimínalas o delégalas.

3. Vístete de acuerdo con lo que hagas.

El vestuario influye en tu estado de ánimo y en esta variable tienes bastante control.

Ya sabes. Si vas a tirarte en el sofá, ropa holgada. Si vas a trabajar, ropa más formalita. Es una pequeña molestia, pero compensa.

4. Quítate “lo peor” por la mañana.

Aprovecha el impulso que ello te dará para el resto del día.

5. Trabaja en bloques.

Divide las tareas y abórdalas por pasos. Fija una hora para terminar en lo que hagas.

6. Haz una cosa cada vez.

Al estar más concentrado, terminarás antes y evitarás tener que volver sobre la misma tarea para corregir despistes.

¿La misma cosa dos veces? Ni hablar. Con una es suficiente.

7. Dosifica el esfuerzo.

El punto anterior ayuda. Y, también, deshacerte del perfeccionismo. Dedícale a cada tarea o situación el esfuerzo necesario, ni más ni menos.

8. Construye hábitos.

Los hábitos y las rutinas son los mejores aliados de un vago. Requiere menos esfuerzo hacer las cosas “en automático”.

Por ejemplo: Practicas la acción de levantarte a las siete de la mañana. Al principio, te cuesta. Después, sale solo. Eso sí, trabaja en un hábito cada vez y, cuando esté cimentado, introduces uno nuevo.

9. Añade variedad.

La falta de variedad atasca y amuerma. Trata de que el cóctel de actividades (de ocio y trabajo) sea variado.

10. Respeta los descansos, la siesta y los días libres.

Gracias a los descansos y a la diversión, puedes afrontar las tareas serias. Estás más fresco y se te ocurren mejores ideas.

Traza límites para terminar tus obligaciones y, después, sumérgete a placer en el ocio.

Haz el vago; repón energías y disfruta de la vida.

Al final, de lo que se trata es de que haya cierto equilibrio. A la larga, nos va mal si dedicamos nuestros días solo a asuntos serios y productivos. Y, también, si vagueamos las 24 horas.

Se puede establecer un tiempo para cada cosa, ¿o no?

Pues de eso ha tratado esta entrada. Lo que tengas que hacer, hazlo pronto. Y, ¡hala! A vaguear a gusto.

Imagen de aphasiafilms

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