Hablamos de comprar por aburrimiento o para atenuar otro malestar, como el estrés. Algunos de nosotros lo hemos hecho. Y funciona.
Comprar nos ayuda a sentirnos mejor en el momento que dura la experiencia. Ya que pasa es otro cantar.
El dinero y las emociones incómodas no se llevan bien. Las malas inversiones son más frecuentes cuando te sientes triste, estresado o, como en este caso, aburrido.
Y, para darte el empujoncito definitivo, se da la circunstancia (nada accidental) de que los sitios donde puedes comprar cada vez te lo ponen más fácil.
Es bonito. Es apetecible. Puedes comprar esa cosa que seduce tus sentidos comodísimamente dándole a una tecla.
¡Allá que vas!
Pero, como se te ocurra repetirlo cada vez que estés aburrido o incómodo, te va a salir caro. Y lo sabes.
Te juntarás con un montón de cosas que no necesitas y con menos dinero disponible.
Si estás bien con este hábito y no quieres cambiarlo, vale. Pero si quieres hacer menos compras impulsivas, puedes tener en cuenta estas 5 propuestas (alguna o todas ellas).
Ideas para evitar las compras por aburrimiento
Esta es la escena:
Nos lo vamos a imaginar online, porque evitar las compras por impulso a pie de calle es un poquito mas fácil.
En cambio, comprar con el teléfono es casi automático. Puedes hacerlo sin apenas darte cuenta. Le das a un par de teclas… ¡y hala!
La primera propuesta funciona con gran cantidad de tentaciones.
1. Aplaza la compra
No te prohíbas la compra, porque así te van a dar más ganas de tener “eso”, lo que sea. (¿A que te suena de otras veces?)
Apunta lo que sea que quieras comprar en una lista, márcalo o guarda la referencia donde gustes. Dite que decidirás más tarde.
2. Ten tus días de compra
Darte un caprichillo de tanto en tanto no tiene porqué ser malo. Si disfrutas tus momentos de compra, tenlos. Pero cuando tú lo decidas.
Comprando moderada u ocasionalmente, además, te constará menos hacer uso del autocontrol cuando estés aburrido, online y listo para hacer un pedido.
3. Amplía tu lista de placeres
Si estás aburrido esperando con tu teléfono en mano, puedes usarlo en aplicaciones donde no realices compras.
Te dejo con muchos ejemplos más (algunos placenteros). 😀
➜ Esto puedes hacer mientras esperas, entre otras cosas.
Y, si no tienes que estar clavado en un sitio, tu lista de opciones se multiplica. Piensa en todas las actividades que te gustan y tenlas en reserva para esos días de aburrimiento.
4. Ponte menos accesibles las compras online
Las tiendas y aplicaciones hacen que cada vez sea más cómodo comprar, porque les interesa. (A ti también te interesaría tener más clientes si estuvieras en su lugar.)
Pero tú has de velar por tus intereses. Y, si ves que se te va el dedo, que compras más de lo que quieres y que luego te sientes mal por ello, toma medidas.
Hace muchos años, cuando empecé a leer de esto, me asombré con la costumbre de Leo Babauta de meter la tarjeta de crédito en el congelador y descongelarla antes de hacer compras. Supongo que sería para combatir este problema del que hablamos. Hasta ahí llegó.
A mí me basta con no tener la información grabada en las tiendas o aplicaciones. Cada vez que voy a comprar, he de rellenar contraseñas, números… Eso obliga a que el proceso sea más consciente.
Dependiendo de la gravedad de tu problema, a ver qué se te ocurre para ponerte un poquitín más incómoda la compra.
5. Establece una meta de ahorro
Una meta de ahorro. O una meta, en general, que quizás no tenga que ver con el dinero, pero requiera tu atención.
Con esto recortas muchos ratos de aburrimiento, porque harás balance de cómo vas, pensarás en tus próximos pasos, investigarás sobre ellos, etc.
Y, si ahorras para destinar ese dinero a una compra que quieres, totalmente meditada, también es motivador ver que cada día estás más cerca de ese objetivo, ¿no?
Espero que estas ideas te sirvan. Te dejo con otras entradas relacionadas con las compras también:
- Comprar por comprar, ¿es un buen negocio?
- Preguntas que quizás quieras hacerte antes de comprar.
- 12 Ideas para evitar compras impulsivas.
Gracias por venir.