Si tienes un corazón lleno de gratitud, tu avance será más agradable que si lo pueblan solo carencias y sombras.
Llénalo hoy. Comprueba que, cuando aprecias lo bueno que te rodea, te sientes mejor y avanzas más contento.
¿Qué hay en tu corazón?
- ¿Hay rencor por las derrotas?
- ¿Devastación debida a malos amores?
- ¿Carencias amargas?
- ¿Heridas que siguen doliendo?
- ¿Un miedo inaplacable?
- ¿Un frío que persiste?
Tal vez sea inevitable que el corazón se lleve unos cuantos vapuleos mientras estás vivo. Pero es resistente. Puede regenerarse y fortalecerse. Y un sentimiento que favorece este proceso es ese de la gratitud.
Un corazón lleno de… ¿qué has dicho?
Gratitud.
Nadie puede ponerla dentro de ti, si no lo haces tú mismo. Nadie puede decirte a qué sabe ni cómo te cambia mejor que tú cuando te decidas a adoptarla en tu interior.
Si lo has hecho, si le has abierto la puerta a la gratitud alguna vez, te constará que es un sentimiento compuesto de elementos deseables: fortaleza, luz, calma…
Eso, a no ser que tu concepto de gratitud se quede solo en estar en deuda con alguien por aquello que hizo por ti. O que solo sea una buena estrategia con la que persigues que dependan de ti o que queden obligados contigo.
Como cualquier virtud, la gratitud también tiene un lado menos amable. Ojalá que no solo conozcas ese.
Conoce la abundancia
Conoce lo que sientes cuando pierdes el miedo a perder. El miedo a no ser, a no tener, a no poder.
La ansiedad se debilita cuando prestas atención a lo bueno que está en tu vida, incluyendo ciertas cosas que nadie puede arrebatarte.
También, cuando prestas atención a las personas que contribuyen con luz en tu vida, que son más de las que parecen (pero llaman menos la atención que las que ponen nublos y sombras).
También, desde luego, cuando tú mismo aprovechas la oportunidad cada día de dejar algo bueno en tu corazón.
Y la luz y la calma que se generan, además de contribuir con tu bienestar, lo refuerzan al aliarse con las ganas de realizar más acciones a tu favor.
¿Qué vas a guardar hoy en tu corazón?
Las personas no llegamos a ser como somos por casualidad o solo porque nacimos con determinada estrella (o configuración genética).
Las experiencias de las que aprendemos influyen en cómo somos también. Y buena parte de esas experiencias, ya que creces, puedes provocarlas o decidirlas tú cada día, incluido el de hoy.
- ¿Qué tal si hoy decides fijarte más en esas personas que ayudan a ver lo bueno?
- ¿Qué tal si das más importancia a quien te quiere bien, que a quien te trata como si fueras su ropa interior usada?
- ¿Cómo estaría dedicar unos minutos a apreciar los aspectos de tu vida que sí funcionan, las cosas que haces bien, las oportunidades que tienes y las posibilidades que se abren a futuro?
Puedes hacerlo. Si estás cercado por las sombras, asustado, malherido o cansado, prueba a poner equilibrio.
Es la sugerencia saludable del día, tan sencilla y barata como eficaz: pon un poquito de gratitud en tu corazón.
Ojalá que no sea ignorada como otras opciones muy saludables, desdeñadas por ser gratuitas o baratas.
Avanzar con gratitud en el corazón es más sencillo y alegre que hacerlo sin ella. Y no tienes que llenarlo a la fuerza todo de golpe. Añade un poco cada día y empieza por hoy (si quieres).
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Más sobre gratitud:
- El hábito de la gratitud puede cambiarte la vida.
- La importancia de decir GRACIAS.
- Ser agradecido también es ser generoso.
Gracias por leer.