Cromoterapia casera: ¿Con qué color te sientes bien?

Antes de empezar: no estoy promocionando la cromoterapia, como terapia alternativa. Pero vamos a ver de dónde sale, por curiosidad.

Y nos vamos a quedar con las sensaciones que transmiten los distintos colores para experimentar con ellas.

Cromoterapia: una breve explicación

El color es una interpretación que hace el cerebro de las diferentes longitudes de onda que perciben los ojos cuando la luz envuelve aquello a lo que se dirige nuestra vista.

Sólo es eso, una interpretación. Pero qué distinta sería nuestra vida si nuestros ojos no percibieran esas combinaciones de luz o el cerebro las interpretase de modo distinto…

Los colores desencadenan diferentes sensaciones. Estudiando este asunto, hay una dícese “terapia alternativa” o natural llamada cromoterapia.

Veamos en qué se basa.

cromoterapia

La cromoterapia estudia el uso del color para curar o paliar trastornos emocionales e incluso problemas físicos.

Se trata de una creencia muy antigua, cuyos orígenes se remontan a tiempos del antiguo Egipto, más de 2000 años atrás; utilizándose también desde tiempos remotos en China y en la India.

Sin embargo, fue a finales del siglo XIX y principios del XX donde la moderna terapia del color fue tomando cuerpo. El pionero en estos estudios fue el danés Niels Finsen, descubriendo en 1877 la acción bactericida de los rayos ultravioleta.

Otro estudio importante en la cromoterapia se publicó en 1932 por los californianos Gerrard y Hessay. Ellos demostraron las sensaciones opuestas que producen en el ser humano dos colores: el rojo y el azul; uno estimulante y el otro relajante.

Posteriormente, se han ido ampliando estos estudios. Unos con más peso y credibilidad que otros.

Destacamos algo contundente dicho por Edwin Babbit, uno de los exponentes de esta terapia alternativa: “La luz solar es el principal agente curativo en el laboratorio de la Naturaleza; donde no llega la luz solar, la enfermedad lo hace.

Explicación: La luz solar contiene los siete colores del arcoiris y, según la cromoterapia, la presencia de los siete es necesaria para mantener o restablecer el bienestar físico y emocional.

Se llame cromoterapia o de cualquier otro modo, la exposición a los rayos del sol tiene beneficios (también contraindicaciones) y sirve de ayuda para superar problemas de salud: debilidad muscular, anemia, depresión y un largo etcétera.

En cuanto a cada color en particular, citamos algunas propiedades interesantes según la cromoterapia:

  • El rojo estimula y está indicado vestirlo en tiempos en los que uno está apático. (Aunque curiosamente uno tiende más a vestirse con colores apagados, que son los que expresan su estado de ánimo.)
  • El naranja representa vitalidad, optimismo y valor para afrontar con éxito los retos.
  • El amarillo es el idóneo para estimular la concentración y los procesos mentales en general. También se asocia a la superación de los miedos.
  • El verde equilibra y armoniza. Se dice que contrarresta los efectos del estrés y del cansancio.
  • El color azul es el indicado cuando se busca paz y tranquilidad.
  • El violeta, entre las propiedades que se le atribuyen, también cuenta la del efecto calmante.

En definitiva, podemos usar los colores tanto para expresarnos como para buscar las sensaciones que deseamos sentir o provocar.

Se crea o no en el poder curativo de la cromoterapia, hay que admitir que no sentimos lo mismo vestidos de un color que de otro ni tenemos la misma sensación en una habitación donde predominen unos colores que en otra con colores distintos.

Ahí estaría nuestro aprovechamiento casero de la cromoterapia; realizando una pequeña investigación personal para dilucidar con qué colores nos expresamos mejor o qué colores queremos que nos rodeen en nuestros entornos para sentirnos más cómodos.

Es cuestión de ir probando estando abiertos a cualquier sensación.

Puedes ampliar información en el artículo de Wikipedia.

Toma nota de que la cromoterapia es una pseudociencia más.

Es gracioso experimentar con las sensaciones que nos provocan los colores y ver cómo se usan en el marketing, por ejemplo. Pero yo no me arriesgaría a comprobar su eficacia curativa y espero que tú tampoco. 😉

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