¿Cuántas mañanas despiertas tranquilo y contento, ilusionado por empezar el día? ¿Te gustaría que hubiera más así?
Esa sensación es maravillosa. Dan ganas de embotellarla, para poder abrirse en las mañanas más difíciles, en las que te levantas a disgusto y con las energías justas para tirarte de la cama.
Despertar contento es tan excepcional como enamorarse
¿Sí? ¿Son sensaciones que quedaron atrás?
Te arreglas. Desayunas. Y el café no te reanima demasiado, porque te pones con tus labores cotidianas luciendo más ojeras que una lechuza y con una expresión de estreñimiento perpetuo que delata cómo te sientes.
Quienes te rodean te preguntan qué te pasa. Tú sientes que estás hecho polvo, pero les contestas: “No, nada…”
Durante el día te falta concentración. A pesar de ello, sigues tirando del carro; cumpliendo con lo tuyo.
Así, hasta que llega la hora de dormir y te acuestas esperando recuperar energías. Pero no descansas a pierna suelta y, lo peor, al día siguiente vuelves a despertar de capa caída.
Todo sería más sencillo si lograras despertar contento, sintiéndote bien.
Ya, pero como no está la botellita con la alegría guardada de otros despertares, tienes que buscar otras opciones para subir los ánimos.
Cansado, estresado, malhumorado…
Para empezar, ¿cómo te sientes realmente?
- ¿Triste?
- ¿Cansado?
- ¿Desmotivado?
- ¿Harto de que el mundo esté en tu contra?
- ¿Desgastado en tus relaciones con otros?
- ¿Todo lo anterior?
De vez en cuando, todos despertamos con el pie izquierdo. No pasa nada. Cuando hay que actuar es cuando esas sensaciones se hacen más frecuentes.
¿Es tu caso? ¿Hay muchos más días malos que buenos? Pues, ¡haz algo!
Para que la situación cambie y comiences a sentirte mejor, puedes comenzar con pequeños cambios.
3 Detalles que ayudan a despertar de mejor ánimo
Quizás hagan la diferencia.
La alarma con la que despiertas
¿Tu alarma se parece a la de un aviso de desastre nuclear? ¿Has probado con una alarma de sonidos marinos y sigues durmiendo mientras suena? ¿Programas tres o cuatro alarmas para poder levantarte?
¡Qué estrés! Prueba de que no eres el único que pasa por ese mal trance es que hay multitud de dispositivos que pretenden poner fin a este primer mal momento del día:
Desde aplicaciones para el teléfono móvil que hacen virguerías (como ésta), hasta lámparas inteligentes que iluminan progresivamente tu habitación a la hora indicada (aquí, un ejemplo).
Experimenta hasta encontrar lo más efectivo para ti. Yo me he quedado con algo muy simple: Una melodía que me gusta (siempre es la misma).
Si te interesa probarlo, elige una pieza musical a la que no tengas miedo de tomarle manía. Grábala en tu teléfono, ajusta el volumen de la alarma y, en cuanto suene por la mañana, levántate despacio.
Importante: No duermas cinco minutos más hasta que suene otra vez.
Despierta en un lugar ordenado
Abres los ojos… ¿y qué ves? Calcetines por el suelo, más ropa descolocada, la mesilla de noche llena de trastos…
Comprueba por ti mismo la sensación tan distinta que experimentas cuando despiertas en un sitio ordenado. No lamentarás dedicar treinta segundos en quitar la ropa de en medio antes de dormir.
Un poquito de orden le quita estrés al despertar. Seguro.
Piensa en alguien que quieres
¿No remontan esos ánimos a pesar de todo? Este truquito es poderoso.
Si te cuesta hilvanar pensamientos positivos, desvía tu atención hacia esa persona que quieres mucho, que te gusta o con quien lo pasas bien.
Recuerda un momento divertido, un instante tierno o el que tú veas. O bien, piensa en lo que harás cuando te encuentres con él/ella.
Como sea, piensa en esa persona o criatura especial. (Todos conocemos a alguien por quien vale la pena pisar el planeta.)
Un poco mejor, ¿verdad?
¿Quién quiere sólo tres?
Existen muchos detalles que puedes considerar que formen parte de tu despertar: musiquilla, ejercicios de respiración, una buena lectura, un café riquísimo coronando el desayuno, los bonitos colores con los que vas a vestirte, etc.
Si suman demasiados días en los que despiertas con un humor de mil demonios y te cuesta deshacerte de él, prueba a cambiar un poquito lo que haces por la mañana.
Hay pequeñas acciones que impactan más de lo que parece. Y, en general, adquirir hábitos saludables también ayuda.
Sugerencias para despertar de mejores ánimos
1. Atiende a tu cuerpo. ¿Qué tal si te haces un chequeo para descartar un problema orgánico? No seas tan negligente para ir al médico como una que yo conozco.
2. Aliméntate bien. Sobra decir porqué. Que no falten alimentos frescos en tu dieta. ¡Ah! Y, por supuesto, agua.
3. Haz ejercicio regularmente. Al menos, un paseíto diario.
4. Interactúa con los demás. Habla con la gente; con tus amigos, con tus conocidos, con el compañero que toma el ascensor contigo, etc. Esto también repercute en tu estado emocional. No tienes que hablar más que una cotorra. Tú me entiendes. El chiste es que no te encierres en ti mismo.
5. Escucha tus conversaciones; lo que te dices a ti mismo y lo que dices a los demás. Presta atención, por si eres tú quien está generando ese mal humor y no te has dado cuenta.
6. Sé generoso. Aprovecha esas ocasiones en las que está en tu mano hacer que otro se sienta mejor. Echa un cable. Regala tu sonrisa al necesitado (a todos nos hace falta, por cierto). Los gestos de este tipo también hacen que te sientas bien contigo.
7. Practica un hobby. Elige una actividad que te guste, hazle sitio en tu agenda… ¡y vívela!
Ya verás que, si pones de tu parte y llevas a cabo esas ideas, los días en los que despiertas de buen ánimo comienzan a sumar y sumar.
Imágenes de bark, Silentmind8 y Viewminder.