Razones para detener un proyecto (y retomarlo después)

¿Estás considerando detener un proyecto personal y retomarlo más adelante?

Si el asunto no es urgente, puede ser una buena idea, incluso si no te sabe bien y temes no volver a retomarlo una vez que lo aparques. Es un riesgo que corres.

En realidad, corres un riesgo remoto comparado con el de quemarte. Este se está consumando, por la frustración y el estrés continuos que vives gracias al bendito proyecto.

Aquello no anda, no se mueve.

En este caso, detener el proyecto provisionalmente es lo mejor.

pausa

Inviertes tiempo, esfuerzo, una paciencia bíblica. Y tu proyecto, no solo parece que no se mueve… Empieza a ir hacia atrás sin que te lo expliques ni puedas hacer nada por evitarlo.

¿Un ejemplo? Una página web. Piensas que retrocede por una razón. ¡Ah, no! Puede ser por otra…

Te dejas los cuernos arreglando lo que tú crees que está mal. Y te fastidias. La página sigue cayendo porque ninguno de tus diagnósticos es el correcto. Cualquier esfuerzo será tirado a la basura, en tanto identifiques los problemas reales y te enfoques en ellos.

que te tranquilices

Dejo el ejemplo de la página web porque lo tengo reciente. Pero es aplicable a multitud de proyectos, ¿a que sí?

La pausa que haces en el proyecto atascado, además de ser útil para hacer un diagnóstico tranquilo, te sirve para avanzar en otros proyectos. Con ambas cosas se beneficia tu equilibrio mental.

El proyecto ha perdido sentido. Parece ser.

La razón por la que vale la pena reevaluar de vez en cuando nuestras prioridades es para conectarlas con lo que hacemos a diario. Si pasamos de la comprobación, quizás permanezcamos colgados en proyectos que hace mucho dejaron de tener sentido.

Por ejemplo, acudes todas las semanas al club espeleológico al que te apuntaste con tu amigo hace 10 años, pero hace tiempo que te sientes más afín a otros hobbies y otras gentes.

¿No crees que es buena idea poner en pausa tus visitas a las cavernas para pensar qué es lo que estás haciendo allí?

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¿Por qué sigues yendo? ¿Qué pinta ese proyecto en la persona que eres ahora y en la persona que quieres ser? ¿Qué te aporta esa actividad?

Pon algo de espacio. Detén la espeleología (o el proyecto que sea) y pasa tus fines de semana de otra manera. Cuando aclares tus ideas, retomas el hobby o te dedicas a otras historias.

Quieres volcarte en otro proyecto.

El tiempo y la energía son recursos limitados. En estos compases de tu vida se te presenta la oportunidad de avanzar en un proyecto que te exige cantidad de dedicación y velocidad por un tiempo determinado.

¿Qué se te ocurre? Dejar de invertir tiempo y energía en un proyecto menos relevante y dedicar esos recursos al que tú decides que es más importante ahora.

Esa es otra razón por la que puedes detener un proyecto (sin sentirte culpable) y retomarlo más tarde.

Todos lo hemos hecho, si no por esas tres razones, por otras. Y el riesgo, como hemos dicho, es no retomar el proyecto aparcado. Cuestión que, si se repite a menudo, deja la autoestima hecha unos trapos.

Pero no lo vamos a repetir continuamente. ¿Verdad que no?

Tenemos el mismo problema.

Hay tantas cosas interesantes que hacer…

Tantos proyectos que nos ilusionan, actividades, lugares, personas… Elegir es difícil. Pero no queda de otra.

Tratemos de hacerlo lo mejor posible. Con consciencia, responsabilidad y tolerancia a los errores. Porque alguno vamos a cometer.

Otros recursos sobre proyectos que se solapan:

Espero que te sirva.


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