Ejercicio físico: Uno de tus mejores aliados cuando dejas de fumar

Practicar ejercicio físico (adaptado a las circunstancias de cada cual) siempre es recomendable.

Pero, cuando se deja de fumar, se convierte en algo más que en un hábito saludable: En un arma poderosísima para contrarrestar los síntomas de la abstinencia de nicotina.

  • ¿Insomnio? El ejercicio ayuda con este problema. Gracias a la actividad física, podremos descansar más y mejor por la noche.
  • ¿Estrés? El movimiento nos ayuda a manejarlo de manera más efectiva.
  • ¿Tristeza mortal? Esa sensación de que la vida es un asco se atenúa (o incluso desaparece) gracias a la práctica de ejercicio.

Todo son ventajas para quienes dejan de fumar agarrándose a este hábito tan saludable.

zapatillas de deporte

En ocasiones es muy difícil centrarse en dos hábitos a la vez y tener éxito con ambos. Por ejemplo, dejar de fumar al tiempo que pretender adelgazar es una combinación dificultosa. Suponen demasiado esfuerzo los dos juntos.

Diferente es la combinación: Dejar de fumar y hacer ejercicio. Porque la práctica de uno (del ejercicio) redunda en el éxito del otro.

E incluso el mismo cambio de realizar actividad física a diario puede influir en la alimentación, impactando también en este hábito. Porque, quienes practican ejercicio habitualmente, suelen preocuparse más por comer sano.

Tengamos en cuenta que no hay cambios aislados. Cambiar un hábito es como jugar al billar. Tú le das a una bola y ésa mueve otras cuantas. (Qué comparación más rara me ha salido…)

Ahora vamos con lo interesante: ¿Qué actividad física es la mejor? ¿Cómo combinar los dos hábitos, en caso de que no se practique ejercicio de manera habitual?

Tu propio plan de ejercicios

El mejor ejercicio es el que te guste a ti y el que puedas realizar en la medida de tus posibilidades. Si has de consultarle a tu médico, hazlo, porque con la salud no se juega.

Aerobic, yoga, baile, tenis, marcha atlética… O una combinación de varios. (Eso es ideal).

Segunda cuestión: ¿Cómo comenzar con esto?

Si no tienes hábito de hacer ejercicio, comienza a practicar alguna actividad que te guste por un espacio muy corto de tiempo: Diez minutos, por ejemplo.

Hazlo durante un día o dos a la semana. Sin fallar. Sin excusas que valgan. Luego, tres días… Después, vas aumentando el tiempo y, en lugar de 10 minutos, estás 15.

Eres tú quien mejor puede aumentar esas cifras, dependiendo de tu situación y de la actividad que practiques.

Después de un mes o dos de constancia (porque para cada persona es distinto) podrás celebrar que has consolidado el hábito.

¡Enhorabuena! Ahora, a aprovecharlo para dejar de fumar.


Publicado:

en

por

Etiquetas: