Tienes listo el soporte donde empezar a escribir tu diario personal. Tal vez, un blog, una aplicación, una libreta monísima o cualquier otro instrumento.
Ante ti hay una página en blanco. ¿Cómo comienzas la historia? ¿Qué escribes?
Eso es lo que vamos a resolver… ¡ahora mismo!
¿Qué te animó a escribir tu diario?
- Hay personas que se deciden por un diario donde reflejan sus avances en un objetivo o actividad.
- Otras escriben un diario muy íntimo, que recoge sus sentimientos o sus anhelos profundos.
- Otras, plasman momentos divertidos del día a día. O dejan un recuerdo de sus vacaciones y demás días especiales.
- Y otras (como yo) escriben un poco de todo.
Escribir un diario es muy beneficioso. Tu diario es ese amigo con el que compartes penas, alegrías, inspiración, problemas o triunfos.
Cuando conviertes la escritura en un hábito, es sencillo romper el hielo con la página vacía y contar lo que quieras.
Pero, antes de llegar ahí, hay que pasar por el incómodo momento del inicio: ¿Por dónde empiezo?
¿Por dónde? ¿Eh?
Póntelo fácil. En los primeros días, escribe “con guión”.
Por ejemplo, si estás enfocado únicamente en una actividad, tu guión podría ser:
- ¿Qué he hecho hoy en relación con esa actividad?
- ¿Noto avances?
- ¿He cometido errores?
- ¿Qué he aprendido?
- ¿Cuál es mi próximo paso?
Es un ejemplo. El guión lo harías tú, según la actividad sobre la que escribas, antes de ponerte a escribir. Y, cada día, responderías a esas preguntas, si tienes algo que responder a ellas.
¿Y si lo que quieres es hablar de lo que acontece en tu vida en general, por los exteriores e interiores de tu persona?
Lo mismo. Hazte un guión y responde cada día a esas preguntas. Por ejemplo:
- ¿Qué tiempo hizo?
- ¿Qué aprendí hoy?
- ¿Lo más divertido que pasó, qué fue?
- ¿Qué cosas buenas he hecho?
- ¿Qué quiero hacer próximamente?
Son ideas. Puedes poner las preguntas que gustes y tantas como te parezca. Un guión preparado ayuda a romper el bloqueo inicial.
Ya verás que, conforme sumes días escribiendo, se te hace más fácil y te sale más fluido. Ese es uno de los beneficios que aporta escribir.