A veces la motivación parece un breve flechazo. Comenzamos a luchar por algo con unas ganas tremendas, que van desinflándose conforme pasan los días.
¿Qué podemos hacer para no ir perdiendo esa energía? ¿Es irremediable?
No lo es. A continuación vamos a darte algunas claves para tratar de que ese ímpetu inicial no decaiga, sino que vaya transformándose en una inercia positiva.
1. Conócete al dedillo
Ya que has empezado el camino con verdadero furor, recuérdate a menudo porqué haces lo que haces.
Eso viene a ser lo principal, pero también tendrás que explorarte entrando en detalle, para identificar cuáles son tus fortalezas y tus debilidades; qué circunstancias te impulsan y cuáles te frenan.
De este modo tendrás más variables bajo control.
Entre esos detalles, por ejemplo, podrías incluir recursos revitalizantes para ti: canciones, lemas, lugares donde te sientes bien, actividades que te pongan de buen humor, etc.
2. La salud, lo primero
Descansa, come bien, haz algo de ejercicio y, en definitiva, cuida tu cuerpo, porque cuando el cuerpo está hecho polvo no hay motivación que aguante.
Es una prioridad. Ahora vamos con lo accesorio.
3. Empieza despacio
Aunque tengas ganas de salir disparado, opta por ir acelerando poco a poco.
Así te vas habituando y aprendiendo a dosificar energía en lo que promete ser una carrera larga.
4. No le des vueltas
Por motivado que estés en tu misión, llegarán días de bajón y desgana.
Esos momentos típicos en los que te paras a pensar si empiezas a trabajar o si ya lo harás mañana (porque hoy prefieres ver un capítulo de tu serie favorita).
Ésa es la jorobante procrastinación. Y, dentro de los trucos que ya vimos para vencerla, recalcamos el mejor de todos: No pienses nada: ¡hazlo!
5. Registra tu progreso
Ideal para ir viendo cómo avanzas y así re-motivarte contemplando tus logros.
Que no te importe ver baches o que lo conseguido sea menor que lo que habías previsto en un principio. Lo que cuenta es que te estás moviendo.
Date tiempo y ya evaluarás los resultados más tarde.
6. Rodeate de gente positiva
Cuidado con las compañías, porque las hay que te impulsan y las hay que tiran de ti para abajo.
Busca gente que te apoye, que te escuche, con la que puedas intercambiar ideas y, ¡claro!, motívales tú también a ellos.
7. Mira lo bueno
Llegarán problemas y días difíciles. Precisamente en ésos es en los que tiene más mérito no soltar el timón.
Sé paciente y comprensivo (también contigo mismo). Busca soluciones y trata de sacar la cabeza para seguir adelante.
Algo que te ayudará a lograr esto es acostumbrarte a buscar el buen humor a diario: ríe un poco más, sonríe, alégrate de las pequeñas cosas…
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Y, si después de todo, resulta que la motivación igual da un bajonazo, no es el final. Puedes salir adelante.
Imagen de JefferyTurner