Ojalá hubieras puesto la lavadora esta mañana. No estaría esperándote esa faena cuando llegaras tarde a casa. ¿Por qué no lo hiciste?
Si hubieras sabido cómo se te iba a complicar el día, hubieras puesto la lavadora. Pero eso ya no es una posibilidad.
El pasado no puede cambiarse
No pusiste la lavadora porque podías hacerlo después, con menos prisas. Así lo consideraste en aquel momento.
¿Lo decidiste por mera comodidad? ¿Fue después de echarle un vistazo al holgado plan del día?
Quizás examines lo ocurrido y decidas utilizarlo.
Gracias a esta inconveniencia, puedes fijar la colada para los sábados a las 9. Así evitarías verte con el asunto durante la semana.
¿Por qué no caíste en hacerlo así de primeras?
Porque el “yo” que se dejó la lavadora sin poner sabía menos cosas o las veía de manera distinta.
[Por cierto, la que escribe sobre tu lavadora es Casandra. Y estás en Tus Buenos Momentos.]
El pasado te cambió
La persona que fuiste en el pasado no solía preocuparse por lo que se preocupa la persona que eres hoy. La hora de poner la lavadora le daba lo mismo.
Tu “yo” del pasado tenía otros intereses. Sus prioridades eran distintas.
Tomó pequeñas decisiones que tu “yo” de ahora observa abochornado. Y tomó decisiones importantes que provocan que quieras emprenderla a cabezazos con la pared.
No es que tu “yo” del pasado fuera estúpido perdido. O no tanto como el mío…
Yo tomé decisiones que me echaron la vida por alto. Las lamento. Pero solo me queda, como a ti, aprender a aceptarlas. Y entender al “yo” que tomó esas decisiones.
Tu “yo” del pasado decidió según cómo se sentía.
¡Aggg…! Esto es lo primero que cambiarías. Desearías que hubiera tenido más sentido común… Me suena, me suena.
En cuanto a las decisiones que se pensó más, las tomó con lo que sabía en ese momento. Procedió con lo que tenía en ese momento. Hizo lo que pudo en ese momento.
Y lo que sabía, lo que tenía y lo que podía hacer entonces es diferente a la posición que tiene tu “yo” actual.
Entiende que la persona que fuiste hizo lo mejor que se le ocurrió.
No fue lo más maravilloso ni lo más oportuno. Vale. Pero tenía sentido para ella hacerlo así.
Entiéndela. No podía organizarse con la lavadora tan bien como tú.
__
Otras entradas:
- ¿Cuánto has aprendido hasta el día de hoy?
- Usa lo que tienes.
- Encuentra oportunidades para usar lo que sabes.
Gracias por venir.