Si has leído algo de lo que se ha escrito por aquí anteriormente, puedes pensar que el título del post es una incoherencia total respecto a los contenidos del blog.
Solemos hablar de la constancia, de los pequeños pasos, del granito de esfuerzo diario, etc. (Si no te suena, ya estás en antecedentes.)
Pues no. No pienses que nos hemos pasado al bando de la indolencia vital. Tan sólo vamos a propiciar el equilibrio, que es cosa sana.
Y ahí vamos:
Ya hablamos de que esa actitud no era la mejor opción de todas.
Se puede producir más sin tanto esfuerzo, especialmente cuando hablamos de actividades que tienen que ver con la creatividad o el esfuerzo mental.
La creatividad no es muy amiga del agobio y del trabajo sin pausa.
Prueba de ello es que muchas buenas ideas acuden a ti mientras estás relajándote en la ducha o tomándote un café tranquilamente en una terraza.
Y en esos momentos de inspiración, creatividad, relajación (o llámalo como gustes) es cuando trabajamos mejor sin que tengamos la sensación de estar esforzándonos.
¿Quieres dejar de esforzarte tanto y producir buenos resultados? Pues, entonces…
- Refresca tu mente. Tómate breves respiros a lo largo del día.
- Si estás saturado, dedica un pequeño espacio a no hacer nada. (No es tan fácil.)
- Ve con más calma. Incluyendo aquí no sólo el trabajo, sino lo cotidiano de comer, asearte, vestirte, etc.
- Aprovecha el viento a favor. Hay días en los que uno está más «inspirado» y que el trabajo suple más. Qué mejor que sacarles partido.
Importa más tu salud que acabar carbonizado con tanto esfuerzo por buenos que esperes que sean los frutos. Y, en serio, con un poco de calma se obtienen iguales o mejores resultados (comprobado en primera persona).
Imagen de Jesse757