Hay 4 razones por las que huyes de las emociones negativas. Son muy intuitivas, porque pasas por ellas cada vez que vives un mal rato.
Saquémoslas a la luz.
Como casi siempre, en la entrada hablo de “tú”, porque la escritura es más corta y ágil que hablando de “nosotros”. Pero yo también me incluyo en el tema.
Es más, estoy aprovechando la lectura de este libro para reflexionar contigo: The Upside of Your Dark Side, de Todd Kashdan.
En el libro hablan de la utilidad de las emociones negativas, cosa que ayuda a entender su función y a aceptarlas.
Vamos al tema.
Las 4 razones básicas por las que huyes de las emociones negativas
1. Las emociones negativas son desagradables.
Como cualquier otra criatura viviente, prefieres acercarte al placer y evitar el dolor.
2. Las emociones negativas te atrapan más de lo que quisieras.
Recuerda una de esas veces en las que te enfadaste en serio. O una de esas en las que la tristeza amenazaba con consumirte por toda la eternidad.
Aunque las emociones sean temporales, en esos momentos te parece que van a durar para siempre.
¿Por qué es tan difícil librarse de las emociones negativas? (En esa entrada tienes respuestas.)
3. Asocias las emociones negativas con una pérdida de control.
También puedes perder el control llevado por una euforia primaveral. Pero le temes más al arrebato de la ira, por ejemplo.
– ¡Quítate de ahí o no respondo de mis actos!
4. Las emociones negativas pueden acarrear consecuencias sociales negativas.
Intuitivamente sabes que las emociones negativas no salen gratis cuando las exhibes en público.
Asustas a los demás cuando tu mal genio es muy evidente. Se apartan, por lo que pueda pasar. E igual se apartan (algunos) cuando notan tu aura de tristeza, no sea que se les pegue.
Aun así…
Las emociones negativas son muy útiles
Se llaman “negativas” por algo: son desagradables y podrían desencadenar desastres a su paso, como una tormenta. Pero también son las apropiadas y las más útiles para ciertos momentos.
- Cuando eres testigo de una agresión, por ejemplo, la ansiedad que sientes propicia que no pierdas un segundo en llamar a la policía.
- Cuando sientes miedo o culpa por el rumbo que están tomando tus acciones, el malestar “te motiva” para rectificar el rumbo y cambiar.
- Cuando estás triste por una pérdida, es la emoción la que te señala (como una flecha) la importancia de lo que ha quedado atrás.
Entender la función de las emociones, aceptarlas y aprender a canalizarlas sin que se salgan de órbita es preferible a huir de ellas.
Sigamos practicando.
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Otras entradas:
- Deja de pelear con tus emociones.
- Vive tus emociones. Siéntelas.
- ¿De qué emociones te interesa contagiarte hoy?
Imagen de Peggy und Marco Lachmann-Anke en Pixabay.