Ideas para no morir de aburrimiento

¿Sientes que de un momento a otro vas a morir de aburrimiento?

Pues, basta de quejarse y agonizar. Vamos a ponerle remedio. ¿Te apuntas?

Cuando yo era joven -quiero pensar que no hace tanto de eso- pensaba que el aburrimiento era lo peor, dada lo corta que es la vida para la cantidad de experiencias que merece la pena probar.

Pero, basta con que vivas unas cuantas temporadas estresantes, para que dejes de pensar que el aburrimiento es terrible. En esos casos, se agradece que haya días aburridos, más vacíos de actividad. Son un descanso.

aburrida

El aburrimiento y la soledad

A veces, se asocia el aburrimiento con estar solo. Es cierto que, cuando estás en compañía de alguien que es importante para ti, es poco probable que te sientas aburrido.

Te sientes bien, incluso cuando no estés compartiendo una actividad con esa persona. Es agradable.

Sin embargo, el aburrimiento tiene más que ver con el “interés” (hacia algo o alguien) que con la soledad, ¿no crees?

Puedes estar rodeado de personas y sentirte más aburrido que una ostra, porque no te interesa estar allí ni compartir la actividad.

Y también te consta que puedes estar más solo que la una y pasarlo en grande, siempre que estés metido en una actividad que te interese.

El aburrimiento y las circunstancias

Otras veces, consideramos que el aburrimiento tiene su origen “fuera”.

  • Esa persona es pesada.
  • Este libro es un tostón.
  • Este pueblo es un aburrimiento…

Y vemos que no. El aburrimiento es más una experiencia que viene de “dentro”.

Eso que a ti te aburre, para mí puede ser entretenido. O al contrario. ¿Por qué? Por el interés.

A ti te interesan unas cosas, personas, lugares, sonidos… Y a mí, otros distintos. Luego, si quieres superar tu aburrimiento, habrás de despertar el interés dormido.

Aquí tienes 3 ideas que pueden ayudar con eso.

Ideas para hacerte el día interesante

(1) Haz tu plan para el día

Traza tu plan. Si vives en el mundo real, es probable que en tu día te toque enfrentarte a algunas tareas pesadas, repetitivas o ingratas.

Pero trata de que también haya alguna que te guste. Ponla ahí. Decide a qué hora vas a hacerla.

No vale pensar solo en diversiones cómodas, como pasear por internet o ver la tele. Hazle sitio a una actividad que requiera más implicación por tu parte.

¿Cuál? La que sea en la que intuyas que podrías pasarlo bien o extraerle una satisfacción:

  • Montar en bici.
  • Salir a tomar café con Pedro.
  • Dedicar unos minutos a tu hobby.
  • Pintar una silla.
  • (…)

(2) Prueba algo diferente

La novedad y el aburrimiento caminan en sentido contrario. Así que sácale lustre a tu curiosidad y pregúntate: ¿Qué voy a descubrir hoy?

Aprovecha la oportunidad de aprender un truco, una curiosidad, una palabra. O para entrar en contacto con sonidos o sabores inéditos para ti.

En una palabra: ¡Explora!

(3) Ponte un reto

Los retos también se separan del aburrimiento. Mientras estás dándole vueltas a cómo vas a resolver el problema o a cómo superarás el miedo, el sopor no tiene cabida.

Y un reto no tiene porqué ser escalar el Himalaya. Podrías ponerte un objetivo largo (como desarrollar una habilidad, por ejemplo) o un objetivo pequeñín (como hacer conversación con una persona que te gusta).

¡Asústate! ¡Emociónate! Con ello, además de acabar con el aburrimiento, progresarás. Lo harás, incluso si te estrellas en el reto. Porque habrás aprendido a hacerlo mejor para la próxima.

Te aseguro que así no morirás de aburrimiento. Quizás te pase lo mismo que a mí: que, a ratos, eches de menos aburrirte.


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