Esta entrada es una reflexión sobre las ventajas e inconvenientes de recurrir a frases hechas en internet, que las pone muy a la mano.
Frases como las que usas para felicitar eventos. Las frases que pegas en perfiles sociales. O frases como esas que se ponen sobre una imagen y te inspiran (o no) cuando las lees.
Este mismo blog tuvo una entrada con frases motivadoras que gustaron mucho a la gente. Hace tiempo de eso.
En el año 2010, cuando empecé a publicar, había bastantes páginas que recogían reflexiones cortas. Estas fueron perdiendo popularidad frente a las frases y, después, frente a las… ¡frases cortas!
¿Llegaremos a las sílabas motivadoras? ¡Sííííí…!
¡Aaaaah!
Es broma. Lo que sí es cierto es que la tendencia ha sido muy visible. Este tipo de contenidos se ha ido haciendo más corto, más visual y más rápido de procesar.
El vídeo ha ganado terreno también. Y lo seguirá ganando.
No estoy en contra. Es una observación. Yo también consumo este tipo de contenido a veces, en los temas que me interesan.
Entre las que yo obtengo, destaco tres grandes ventajas. Creo que estas las experimentamos casi todos.
Espera. Vamos a separarlo, para que quede visual y fácil de procesar.
Ventajas e inconvenientes del consumo de frases hechas
- La abundancia. Tienes frases hechas, célebres o no, del tema que te dé la gana.
- El subidón instantáneo. Una frase motivadora puede tener un efecto cafeínico cuando más falta te hace.
- La comodidad. Si quieres felicitar a Pascual por su cumpleaños y tienes el cerebro frito por el trajín del día, eliges una frase del surtido que encuentres. Se la pegas donde sea. Hecho. ¡Hala!
Si te apetece contarme qué ventaja destacas tú, hazlo. Seguro que se me está escapando una buena.
Pero también existe el lado de los inconvenientes. Algunos se ocultan en las propias ventajas.
Me voy a detener más en ellos. Porque lo bonito no necesita arreglo y esto, sí. En mi caso, por lo pronto. Tú no tienes porqué arreglar nada, si no te perjudica o no te apetece.
1. Hay saturación
Encuentras frases oportunas y estupendas. Otras te deprimen de lo malísimas que son. Ambos conjuntos son amplios. Y lo que hay entre los dos extremos, ni te digo: un océano de frases.
En elegir “la buena” puedes tardar un rato.
Y, si lo que quieres es inspirarte por cuenta propia, cuando leas la frase número 30, ya se te habrá pasado el efecto de la primera.
2. Más distracciones
Bien porque des con la frase oportuna o porque la estés buscando, enganchas una frase con otra… y otra más.
O, cuando más concentrado estés, escucharás sonar el teléfono. ¿Un mensaje de Pepe?
Sí. Dice: “No te rindas”, sobre un fondo marino.
Justo eso es lo que estabas haciendo: trabajar y no rendirte. Pero ya se te ha ido el hilo otra vez… ¡Porras!
3. Lo rápido gana puntos
¿Una imagen vale más que mil palabras? No siempre.
Por rápido que llegue el mensaje, las imágenes también hay que procesarlas. Y también pueden saturar cuando ves tropecientas.
Pero, suponiendo que no te satures con imágenes, vídeos o frases píldora, la comodidad también puede tener un coste.
Si casi siempre eliges formatos cortos, rápidos y/o digestivos, dejas de exponer a tu cerebro a ejercicios que lo retan. Te enfrentas a menos materiales que te hacen pensar, conectar ideas entre sí y generar ideas propias.
4. No hay contexto
El contenido está fragmentado.
No es lo mismo leer un puñado de frases sobre un tema, que leer un libro del mismo tema. Sueles recordar más información en materiales que siguen un hilo y ofrecen ideas cohesionadas unas con otras.
La fragmentación también da lugar a malas interpretaciones. Cuando sacas una frase de su contexto, lo que el autor quería decir puede perderse.
Como pueden perderse parte de sus sentimientos o de su filosofía, cuando los simplificas en una sola frase.
5. También se pierde el toque personal
Puedo dar con la mejor frase de cumpleaños para felicitar a Pascual, la más graciosa de todas. Pero no va a contener mis buenos deseos para él. Ni le va a recordar aquella anécdota que vivimos juntos.
Dedicarle la frase que otro se inventó es más cómodo. Y también es más frío.
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Vaya. Me ha quedado una reflexión más larga de lo que yo quería. Gracias, si la has leído.
Otras cosas que se hacen en internet:
- Observa cómo es una persona en su manera de escribir.
- ¿Cómo inviertes en tus relaciones virtuales?
- Ideas para simplificar tu vida digital.
Gracias por venir.