Infoxicación: Toma conciencia de tu gula informativa

Infoxicación es una palabreja que no existe oficialmente. Se usa para referirse al hecho de estar saturado de información.

O, más bien, se usó un tiempo. Ya no es un fenómeno que llame la atención. Gracias al avance de la tecnología, la abundancia de datos y estímulos es lo «normal».

La infoxicaciónsobrecarga informativa (information overload), que es su denominación formal, consiste en verse desbordado por noticias, sucesos, publicidad, mensajes, actualizaciones…

Esto es, una marabunta de datos que, en lugar de cumplir su función de informarte, acaban confundiéndote, estresándote o haciéndote perder el tiempo.

¿Cuánta información consumes al día?

Dentro y fuera de la red, la cantidad de información a la que podemos acceder es prácticamente ilimitada. ¿Cuánta consumes tú a lo largo del día?

A los ciudadanos modernos nos consta que la información es abundante y muy accesible. Más que eso. Si no ponemos límites a nuestro consumo de información, acabamos saturados.

Son demasiados datos para que un cerebro humano los procese a diario. Y, desde luego, demasiados para las 24 horas que tiene el día.

Quienes no han echado un vistazo a sus hábitos de consumo de información y se quejan de la falta de tiempo, quizás deberían plantearse una dieta informativa.

Porque las novedades, las noticias, los libros, los programas de televisión… y todo lo demás, se llevan una interesante cuota de horas y minutos al cabo del día.

Un tiempo que, si no lo vigilamos, se nos va consumiendo información que ni nos va ni nos viene.

información

Ah, la seductora y adictiva información…

A mí es a la primera que me subyuga la información. Después de leer un artículo o una nota interesante, caigo en la tentación y se me va un rato navegando en un sitio, y leyendo artículos que no me aportan tanto.

O la primera que se mete unos minutillos en una red social y observa cómo se convierten en media hora. No pienses que sólo te pasa a ti. 😀

Y, al igual que compartimos eso, quizás también compartimos el propósito de poner un coto al tiempo que invertimos en esa información y el de seleccionar bien cuál es la que más nos llena.

Después de todo, hay bastante material para elegir. ¿Qué tal si nos quedamos con el que verdaderamente nos satisface?

¡Selecciona!

No tenemos por qué leer todos el mismo bestseller. No tenemos por qué ver las mismas películas que nuestro amigo, ni aficionarnos al programa de televisión que está de moda.

No tenemos por qué enterarnos de qué cenaron ayer nuestros contactos de Facebook, ni ver las fotos de sus vacaciones, a menos que estemos planeando unas. Ni, en general, estar pendientes de los intereses de nuestros conocidos, porque cada uno tenemos los nuestros.

Son sólo ejemplos. El asunto es destinar ese tiempo limitado a la información que añade valor a nuestra vida; no en temas que apenas nos interesen.

Y el propósito del día, prescindir hoy de la necesidad de saberlo todo, para destinar esos valiosos minutos a la información más interesante para cada uno (o a la que más nos haga disfrutar). Tú a la tuya. Yo a la mía.

Pero… ¡la información es poder!

¿Conoces el dicho?

Cuando se acuñó esa frase, seguramente se referían a la información necesaria para actuar o aclarar ideas. Es dudoso que tuvieran en mente el bombardeo indigesto al que estamos sometidos.

En los tiempos que corren, la información útil se mezcla con la paja.

Entre tanta que llega continuamente, apenas da tiempo a separar la una de la otra para quedarse con la buena. Y, después, para procesar y asimilar esa información en condiciones.

La información deja de ser tan poderosa, por la confusión y la saturación.

sobrecarga de información, infoxicación

Para prevenir la infoxicación, simplifica

Esta es la idea para que puedas aprovechar la información que te interesa (y yo también) sin intoxicarte.

1. Sé selectivo

Decide de antemano qué te interesa y qué no. Pasa de largo ante lo segundo. Niégate al exceso de chismes, noticias deformadas o redundantes. No las necesitas.

2. Desconecta a ratos

Permite que tu cerebro descanse de tanto estímulo. Dale su espacio para que procese la información importante y para que reponga energías.

El exceso de información estresa y confunde. Hazte con tu repertorio de medidas para combatirlo.

Por ejemplo…

Si te pasaras un día entero comiendo sin parar, prácticamente tendrías la indigestión asegurada. Cambia alimentos por datos y el resultado es el mismo.

Conclusión de nuestro tip saludable de hoy: Lleva tu atención a lo que te interesa.

¿Lo demás? No te lo tragues hoy.

Ante la duda de si esto es efectivo o no, compruébalo por ti mismo y decide cómo vives mejor.

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