Miedo y pereza son obstáculos temibles. Levantan una barrera que nos separa de lo que queremos hacer.
¿Cuál es tu actitud de hoy ante esos obstáculos?
Miedo y pereza: forman una barrera real… ¿o imaginaria?
La clave para que estos obstáculos no te impidan emprender un proyecto a largo plazo o tus misiones en este día es esta: distinguir sin son obstáculos reales o solo excusas para evitar lo incómodo.
Esa distinción no es fácil. A veces, tras lo que te parece miedo o pereza hay un problema distinto y muy real.
- Lo que te parece solo “miedo” es una inquietud razonable ante una misión que implica riesgos y que precisas conocer mejor.
- O lo que te parece “pereza” es una falta de energía, que tal vez indique la necesidad de ocuparte de lo más básico: alimentarte bien, entre otros cambios para fortalecer tu salud.
Eso son obstáculos reales. Te los encontrarás. Y harás bien en llamar al problema por su nombre y en ocuparte de él.
Pero miedo y pereza no están encubriendo siempre un problema de este tipo. A veces cubren una actitud poco adecuada: la falta de disposición para enfrentarte a lo incómodo.
Esa no te “ataca” solo a ti. Nos ataca a todos. Y cuesta admitirla, porque nos cuesta mucho verla.
Cuando el verdadero obstáculo es la actitud
Cuando miedo y/o pereza están cubriendo tu falta de ganas para enfrentarte a lo incómodo, ¿por qué no puedes ver que el verdadero problema es la actitud?
Depende. Aunque no seas consciente del asunto, alguna de estas cosas puede estar ocurriendo:
- Unas veces quieres mantener una “buena” reputación ante ti mismo: si no lo intentas, no fallas. Y prefieres no correr el riesgo.
- Otras veces, te falta perspectiva. Estás tan metido en tu lío mental, que no distingues los obstáculos reales de los que fabricas tú mismo.
- O puede faltarte “urgencia”. Todos cambiamos cuando no nos queda de otra. Las circunstancias nos obligan a actuar rápido para salir de un problema grave. En ese caso, nada nos detiene: ni miedo, ni pereza, ni siete arcángeles.
¿Cuál es la buena noticia? Que lo puedes resolver. Sea el obstáculo de un tipo u otro, tienes los recursos para identificarlo y para superarlo.
Vale. No es fácil. No necesitamos una actitud adecuada solo para actuar, sino también para mirar dentro con honestidad, a fin de entender y admitir el verdadero problema.
Pero en esas estamos todos. Espero que hoy sumemos aciertos por ese lado y derribemos unos cuantos obstáculos. ¿Te apuntas?
__
Otras entradas:
- ¿La pereza es el verdadero obstáculo?
- Obstáculos que, si no están, se inventan.
- ¿No es el momento o le tienes miedo al fracaso?
Gracias por venir.
Imagen de Hans Braxmeier en Pixabay.