Hay momentos dolorosos o incómodos en lo cotidiano. Algunos de ellos te gustan, porque son beneficiosos.
De entrada, no es que te hagan mucha gracia. Pero después te alegras de haber pasado por ahí.
¿Por qué?
Porque tienes una ganancia visible, gracias a haber pasado por el trance. A veces la notas al instante. Otras, después.
Y, aunque no salte a simple vista, también sientes que, conforme te curtes en pequeños dolores, eres más resistente con los asuntos gordos.
El dolor no siempre es malo.
10 Ejemplos de momentos dolorosos que vale la pena pasar
- Tomarte una medicina de sabor horrible o curarte una herida. ¡Aah!
- Aguantar 20 minutos más estudiando, hasta la hora que tú dijiste que ibas a estar. ¡Un poco más!
- Resistirte hoy a las ganas de fumar, de beber o de esa otra cosa que quiere manejarte.
- Arreglártelas y solventar la papeleta, cuando descubres con estupor que internet no funciona esta mañana.
- Apagar el móvil un rato, cuando estás enganchadísimo en seguir las novedades de un suceso.
- Retrasar la compra de un capricho que te va a descuadrar el presupuesto.
- Reclamar en la tienda, al descubrir que lo que compraste está defectuoso.
- Postularte para un trabajo o enviar un mensaje de amor, cuando sabes que las posibilidades de que te acepten están cercanas al cero.
- Decirle a esa persona (que tú sabes) que se está portando asquerosamente contigo.
- Exponerte en un espacio público: hablando, escribiendo, cantando o patinando. (Esta es la mía. Demonios, ¡cómo cuesta!)
Son momentos incómodos. Unos más y otros menos, duelen. Dan ganas de evitarlos. Ese es el impulso automático.
Pero muchas veces te alegras de no haber huido en el preciso instante en el que tuviste la oportunidad de hacerlo.
No solo no abandonas, sino que insistes en seguir pasando por el dolor en esas situaciones. Y, poco a poco, tu relación con él va cambiando.
Llega un punto en el que lo que antes te taladraba, ahora no te hace ni cosquillas.
Bueno, quizás exagero un poco. A mí me sigue costando exponerme, pero ya es más soportable.
¿Qué hay de ti? ¿Qué riesgos, dolores cotidianos o molestias te alegras de pasar?
Griselda dice
Muy importante ésa reflexión
Casandra TBM dice
Gracias, Griselda. Me alegro de que coincidamos viéndolo así. 🙂