Puedes estar seguro. No necesitas ser el mejor, sino lo suficientemente bueno.
Digo esto con convencimiento de causa y sin ser la mejor en nada en términos objetivos. Lo digo, por ejemplo, después de haber sido rechazada bastantes veces para ocupar un puesto de trabajo en detrimento de los que eran mejores que yo.
Lo que ocurre es que en ciertas cuestiones la sociedad nos empuja a competir y, aunque a uno no le haga gracia, ha de pasar por el aro. Ésas son las reglas del juego.
Pero duele. Duele ser expulsado del juego por no dar la talla. Duele más incluso cuando otros logran ser los mejores atacando los puntos débiles del adversario.
Al final, como dice la canción de ABBA, «The winner takes it all» (El ganador se lo lleva todo). El que gana es el mejor y tú te quedas en la cuneta.
La competición produce pocos ganadores y numerosos perdedores. Lo sé.
¿Has sentido alguna vez esa tristeza profunda? ¿Te has sentido frustrado e impotente por no estar entre los elegidos?
La autoestima quiere cavar un agujero para meterse dentro de la tierra y tú te dispones a tatuarte la palabra «mediocre» en la frente.
El batacazo hay que vivirlo. De ese dolor extraerás algo positivo: conclusiones y forma nueva de jugar.
Si no te sientes a gusto siendo competitivo, sé competente
- Competitivo es aquél que se esfuerza por superar a otros. La presión es enorme, porque, por bien que se haga algo, ser el mejor tiene fecha de caducidad.
- Competente es aquél que se desenvuelve hábilmente en una tarea u ocupación. El centro de atención está en uno mismo y no en los otros.
En definitiva, no trates de superar a los que están por arriba; sólo a ti mismo.
Verás que, cuando vuelvas a jugar, tu posición será más alta que ahora, de manera natural y sin haberte presionado.
Cómo ser competente
- Aprende. Mira lo que sabes y también lo que puedes aprender y ponte manos a la obra. Cada día, cada paso cuentan.
- Establece tu propio ritmo. Cada persona tiene el suyo.
- Haz tus propias reglas. No tienes que imitar lo que hacen otros si no te sientes a gusto con ello. Sé tú.
- Rodéate de gente positiva y no prestes atención a los que presionen. Busca apoyos.
- Cree en ti. No te dejes vencer por el desánimo. Es hora de superarlo, de tomar los tropiezos como algo de lo que aprender.
- No te rindas.
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2 respuestas a «No necesitas ser el mejor»