Noviembre, el mes del estrés

A T.S. Eliot, el poeta, se le ocurrió escribir que abril es el mes más cruel, por la llegada de la primavera, ¿pero no es más cruel noviembre?

Noviembre es el mes más estresante del año, ¿o no?

El verano queda lejos y ya se acusa el desgaste. Las navidades y su ajetreo están al caer, pero aún no se respira el ambiente festivo.

Al contrario, la luz solar va disminuyendo; el frío, aumentando y, con esto, el ritmo de trabajo, para que el festivo mes de diciembre no nos pille el toro.

Tomémoslo con calma. Aquí llegan ideas y artilugios para combatir la negrura de noviembre.

En Gizmodo nos proponen 6 herramientas muy oportunas, no aptas para todos los bolsillos (aunque aquí trataremos de buscarle un arreglo modesto a las opciones).

negrura de noviembre

El despertador de luz

¿Harto de que suene la alarma por la mañana y no se vean ni tres en un burro?

Aquí, la solución moderna: Dicen que la marca Phillips vende un despertador alternativo. Tú lo programas y el aparatito va iluminando tu habitación progresivamente. Así, cuando llega la hora de levantarte, tu habitación parece casi un solárium, aunque sean las cinco de la mañana.

Solución para bolsillos pobres: Cuando suene el odioso despertador, enciende la luz del cuarto. (Momento fogonazo.) Y, acto seguido, sal de las mantitas sin pensar nada de nada. Es más difícil, pero esto forja la disciplina.

El punching ball o similares

Ya lo hemos recomendado en otros posts, por ejemplo, en el de ideas de regalos antiestrés.

En noviembre es hora de darle uso, tanto para hacer algo de ejercicio, como para descargar tensiones, quizás propiciadas por el jefe o los “compis” de trabajo.

¿Que no te decides a comprarlo? Cojines y almohadas hacen las funciones. No hay problema.

Los calcetines calentitos

Uno de los engorros de noviembre es que los pies comienzan a quedarse como cubitos, con lo desagradable que es eso.

La crisis arrecia tanto como el invierno, pero para un par de calcetines gorditos creo yo que nos habrá dejado…

La agenda

Se acumulan las tareas y, conforme se acerca diciembre, coinciden con otras propias de la fecha.

En mi caso, suelo usar una agenda gratuita (hay muchas en Internet), para anotar lo que tengo que hacer cada día y evitar despistes debidos al cansancio.

Me va muy bien con esto. 🙂

La mascota moderna

Ahora que hay tantos dispositivos que empiezan con la letra “i”, llegan también los “iBedoo” (véase la imagen de arriba), que son tiernos peluchines que permiten que les conectes un teléfono o un iPod. Están pensados para bebés o adultos con los nervios de punta.

Digo yo que esta cosa tan rara no funciona si la dedicas a hablar por teléfono con el jefe.

Solución clásica: la mascota real. Jugar un ratito con tu mascota es insustituible y desestresante. Yo lo hago a diario y sirve. Lo recomiendo.

El sillón de masaje

Una solución muy efectiva, si te sobran unos dos mil eurillos. Te apoltronas en él y adiós tensiones.

¿Una solución más económica? Todas las demás, descartando las sillas de madera poco ergonómicas y las camas de faquir.

Aquí hay que aplicar la imaginación y los gustos individuales. Los míos van por irme a la camita antes, para dejar que el cuerpo descanse de estar tanto tiempo sentado.

¿Y tú? ¿Nos propones algún artefacto o instrumento para hacer de noviembre un mes más dulce?


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2 respuestas a «Noviembre, el mes del estrés»
  1. Sí que existe el despertador, pero es carísimo (129 euros :O). Yo tengo la cama justo debajo de la ventana (aunque el feng shui lo desaconseja :() y lo que hago es ir subiendo poco a poco la persiana :P.

    Lo de la mascota real me parece genial pero para los que le dejan tener porque en mi casa va a ser que no, jeje.

    Yo propongo para los domingos lluviosos hacerse con una manta calentita, un buen chocolate y tu película o libro favorito :). Una solución económica y muy placentera.

    Un beso de noviembre

    1. TBM – Casandra

      Pues el feng shui dirá lo que quiera, pero a mí tu despertador me gusta más que el caro. 😀
      Ay… Lo que más me gusta es la propuesta de las mantitas, el chocolate, el libro… o quizás una charla resguardados del frío. Una buena propuesta. 😉

      Muchas gracias, Alba!! Y nada de “estreses”…

      Besoss!!!