Hay placeres que experimentas de manera simultánea a la situación que estás viviendo. Y también hay placeres que se notan más a posteriori.
El placer de comer verdura es uno de estos.
Podría tomar una situación diferente para ejemplo, porque hay abundantes placeres que experimentas en diferido.
Hacer ejercicio, resistirte a una compra impulsiva o pasar la tarde batallando mentalmente con un material. Esas son otras situaciones que, justo cuando las vives, quizás no son sinónimos de dicha. Pero sus consecuencias positivas sí las vas a notar horas más tarde.
En el horizonte próximo, a poca distancia, hay un placer más largo y pleno que el fugaz placer del momento. ¿Con qué placer te quedas hoy?
Más vale helado en mano, que beneficios del brócoli volando.
Muchas personas van a preferir el placer inmediato, porque solemos darle más importancia a lo inmediato, en general. ¿Quién sabe qué pasará en el futuro?
Se entiende. Pero, ¿y si “el futuro” estuviera solo a pocas horas de distancia? ¿Cambiarías un placer inmediato por uno mayor, que está tan cerca en el tiempo?
El placer de haber comido verdura
Pongamos que el brócoli o el apio no se encuentran entre las comidas que mayor placer te brindan justo cuando las consumes.
No liberas dopamina a destajo cuando muerdes una verdura, como sí ocurre cuando estás comiendo uno de esos alimentos hiper-palatables que te suenan: helado, patatas fritas… y demás.
Con el helado sientes un placer inmediato. Con el brócoli sientes más placer después.
Porque esto es lo que puede pasar poco después de comerte el brócoli, en lugar de atestar tu estómago con un cargamento de helado:
- que te sientas ligero,
- que notes un repunte de energía,
- que seas más productivo en esas horas,
- que estés anímicamente más sereno,
- que, hoy mismo, te anotes la satisfacción de haber cuidado bien de ti.
Algo más tarde, vendrán beneficios añadidos a tu salud, si insistes en regalarte esos placeres diferidos.
Te he dejado un ejemplo, con placeres que yo experimento. El brócoli no le sienta igual de bien a todo el mundo. Lo elegí, como podría haber elegido cualquiera de las situaciones que te menciono al principio de la entrada.
Hoy tú vas a estar ante alguna de ellas.
Habrá situaciones que te den un placer inmediato, puede que a costa de displaceres posteriores. Y situaciones que te brinden placeres diferidos, que podrían apetecerte más.
Observa qué situaciones son en tu caso y experimenta.
Puede pasar que aprendas a disfrutar de algunos placeres diferidos, como el placer de comer verdura. Y, que te gusten tanto, que termines dándoles prioridad sin que te cueste un ápice de esfuerzo. En serio.
__
Otras entradas:
- Hoy te cuesta. Mañana lo harás de manera natural.
- Que la dieta no consista en privarte de lo que te gusta.
- Autocontrol: ¿de qué te estás privando?
Gracias por venir.
Imagen de Robert-Owen-Wahl en Pixabay.