Empiezas a trabajar con la intención de no distraerte y, de repente, te sorprendes soñando despierto o echándole un ojo a tu teléfono móvil. ¿Cómo recuperas la concentración?
La cosa no es grave. Hay días en los que te distraes más fácilmente que otros. Es quid es tomar las riendas de tu mente y volver al trabajo.
Para lograrlo, a ver si te sirven estas ideas:
1. Date permiso para distraerte (un poco)
Si tu mente es como la mía, cuanto menos hace, menos quiere. Y, al menor descuido, busca la ocasión de entretenerse con algo más placentero que el trabajo.
No te frustres. Cuando la caces en plena distracción (quizás, leyendo un artículo en Internet que no tiene nada que ver con lo que estás haciendo) concédele unos minutos de respiro. Unos minutos, no horas. Y, acto seguido, cortas con la distracción.
Enséñale a tu mente soñadora que eres tú quien manda. Sin drama, vuelve a ponerte con la tarea seria que exige concentración.
¿Así? ¿En frío? El siguiente punto puede ser la respuesta.
2. Da con un truco para reconcentrarte que funcione para ti
Uno que suelo usar yo, cuando noto que me estoy dispersando, es levantarme de la silla y dar unos paseos por el pasillo de casa mientras voy retomando mentalmente el hilo de la tarea interrumpida.
A veces también me funciona ir a la cocina y servirme un café. Me lo tomo tranquila, a la par que traigo de vuelta al trabajo a mi mente descarriada.
¿Qué te sirve a ti? Cerrar los ojos y meditar un poco; abrir la ventana para tomar el aire; beber un vaso de agua fresca…
Prueba lo que más vaya con tu estilo y, mientras lo haces, reconduce tu mente hacia un estado de concentración. Crea una especie de mini-ritual que tu mente asocie con la vuelta al trabajo.
Más ideas: 6 Trucos para convencer a tu cerebro de que estás deseando trabajar.
3. Divide la tarea en micro-tareas
De vuelta en tu puesto, haz una especie de esquema con los pasos que tienes que completar en eso que estás haciendo, especialmente si es una tarea larga y difícil. Divídela en porciones pequeñas.
Eso ayuda a recuperar la concentración y a mantenerla. Motiva bastante ver que vas progresando un paso tras otro.
Ya que hayas terminado, deja que tu mente disfrute con lo que quiera. Pero, mientras tanto, enséñale a volver a donde a ti te interesa. Y, recuerda: Cuanto más practiques, mejor te saldrá.