Podemos tener detalles a lo largo del día que hagan felices a otras personas. Algunos no suponen apenas esfuerzo.
Lo mejor de estas acciones amables, es que suelen tener «efecto rebote» y regresar hasta nosotros quizás en otro instante.
Sin embargo, no hay que hacer un regalo con vistas a recibir otro a cambio.
Si es así, bien. Si no, nos quedará la satisfacción de haber hecho por un instante que otra persona se sintiera mejor. Y eso es un gran regalo.
¿Con qué pequeños detalles podemos estar regalando un buen momento?
– Con una sonrisa.
– Con un saludo.
– Con un gesto cariñoso.
– Enviando un mensaje.
– Con un café.
– Con un cumplido (sincero).
– Con una palabra de ánimo.
– Con un chiste.
– Con una mirada cómplice.
– Dándole un pañuelo de papel.
– Cediéndole un asiento.
– Ayudándole a subir unos escalones.
– Escuchando.
Son simples ejemplos. ¿A que a ti se te ocurren más detalles?
Hacer felices a los demás, ser amables con nuestros semejantes, es de por sí un buen momento, aunque se admiten opiniones contrarias, por supuesto.
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