Oír y escuchar son dos verbos diferentes. La mayoría de nosotros oímos, sin que eso suponga que contemos con la habilidad de escuchar.
Ni tan siquiera es necesario oír para saber escuchar, porque con escuchar nos vamos a referir a procesar la información que nos brinda nuestro interlocutor y esto lo podemos hacer incluso por otros medios, como por ejemplo, a través de un correo electrónico.
Saber escuchar incide positivamente en nuestras relaciones; es clave para la convivencia con otros seres humanos.
Necesitamos escuchar para comprender a quienes nos rodean y que nos escuchen para ser comprendidos.
En el caso de que se trate de una conversación cara a cara, la persona que sabe escuchar, generalmente, muestra la siguiente conducta:
- Postura corporal receptiva. Mantiene el contacto ocular y su lenguaje corporal transmite que está escuchando. Si ves que alguien empieza a mirarse el agujerito que le ha salido en el pantalón o se lleva una mano a los ojos mientras que con la otra está buscando el mando a distancia de la televisión, posiblemente esté escuchando tu mensaje a medias (y si es que llega a eso).
- Emite ocasionalmente mensajes de verificación, tales como asentir o hacer preguntas cortas, sin llegar a interrumpir (¿cómo?, ¿por qué?…). Eso indica que está pendiente de lo que decimos y trata de comprenderlo.
- No interrumpe antes de que su interlocutor termine la exposición para empezar a hablar de sí mismo o cambiar de tema radicalmente. Se pone en el lugar de su interlocutor. Esto se llama empatía. Trata de analizar la situación desde tu perspectiva.
- Suele hacer una síntesis de lo que se le ha contado, especialmente si se trata de una discusión, para dejar claro que entiende tu punto de vista antes de exponer el suyo propio.
Ésos son los signos más notorios que muestran una escucha activa. Dependiendo de la situación y de la complejidad de la conversación, mostraremos o nos mostrarán unos u otros.
Desarrollar esta habilidad será rentable para nuestras relaciones, tanto personales, como laborales. ¿Tú qué crees?
Sin embargo, NO es necesario que escuchemos siempre y en todo momento a todas las personas. Tampoco eso es lo idóneo. Ya hablaremos de en qué situaciones es mejor no escuchar.