Soportar la presión de los problemas

Problemas que intenten acaparar el centro de nuestra atención no van a faltar.

Algunos son pequeñitos y desaparecen rápidamente, otros se instalan con nosotros como si fueran de la familia y también están ésos que caen como un yunque del cielo sobre nuestra cabeza.

Así es la vida, llena de oportunidades y desafíos.

pájaro colgado bocabajo

La mala cara del asunto es, precisamente, cuando los problemas vienen acompañados de ese sentimiento tan ácido: ¡la presión!

De todos es conocido el antiguo proverbio chino sobre los problemas que dice:

Si un problema tiene solución, no hace falta preocuparse. Si no tiene solución, preocuparse no sirve de nada.


Sin embargo, alguna vez que otra no podemos evitar verle la cara a la condenada presión

La falta de tiempo; nuestras expectativas y las expectativas de otros; obstáculos inmensos que salvar… Y una gota de sudor frío resbala por nuestra frente mientras tragamos saliva.

Tierra, ¡trágame!

Calma, calma… Mantener la calma y tratar de pensar con lógica son las mejores armas para salir airosos de ese momento angustioso. Pasará el mal rato, seguro.

Lograremos que la presión baje las manos, si no del todo, un poco. Entonces será la ocasión perfecta para vacunarse contra ella. Lo haremos para que la indeseable presión se olvide de nosotros por mucho tiempo (a ser posible, para siempre).

¿Vacuna, dices? Sí, la más poderosa contra este mal: el amor. ¿Qué si no merece ser el centro de atención? ¿Los problemas?

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Comentarios
4 respuestas a «Soportar la presión de los problemas»
  1. Vicky

    Además, también hay que tener en cuenta que, cuando estamos bajo presión, no damos a veces pie con bola (sobre todo yo) y podemos caer en una mala (o pésima) gestión de los problemas, que hace que se nos forme una bola aún mayor.
    Como dices, aunque a veces sea difícil, mantener la calma es lo que mejor funciona. Buenas dosis de «Espíritu Zen» y el sentido común: no hay de otra para no perder la perspectiva. Pensar que todo pasará y que las aguas tarde o temprano volverán a su cauce…
    Nota: ¡La foto me ha alegrado el día! 😀

    1. Casandra

      Calma, calma. Ommmmm… Como no mantengamos la calma, en lugar de en bola podemos terminar en avalancha. 😀
      (El pequeñín es una ricura. ;))