En tanto no tengas todas las respuestas, has de aprender a vivir con la duda. Y a que ese sea tu estado natural.
Hoy vas a actuar y vas a descansar tranquilo cuando toque, pese a las dudas.
A menos que te pases el día sin pensar ni hacer nada, vas a tener dudas. Cuantos más escenarios pises, más dudas verás aparecer.
¿Será incómodo? Digo… Eso ya lo sabes. Los humanos preferimos la certeza a la incertidumbre. De ahí que a veces cuadremos una explicación a martillazos cuando no hay ninguna.
Pero, ¿qué tal si también te acostumbras a esta incomodidad de vivir con la duda?
Qué tal si no apresuras respuestas, si actúas sin la necesidad de tenerlo todo claro o si hoy te vas a dormir con una madeja de interrogantes en la cabeza… Porque va a pasar.
A ver si nos aclaramos, ¡por favor!
Quizás encuentras una técnica brillante para agilizar tu trabajo. Pero, puesta en marcha, descubres que no funciona para ti. En el horizonte aparece una más prometedora. ¿Funcionará esta?
Decides un programa de ejercicios, que cuadra con tus objetivos de fitness. El experto que escuchaste fue muy convincente exponiendo los motivos. Pero, poco después, das con otro experto que recomienda justo lo contrario y le encuentras sentido a lo que dice.
Encuentras un estudio que recomienda determinado alimento, por ser beneficioso para tu problema de salud. Y no tardas en dar con un estudio distinto que desaconseja ese mismo alimento.
Escuchas a una persona de tu entorno. ¡Al fin te parece que la entiendes! Pero, cuando menos lo esperas, te sorprende con un giro que no cuadra con lo que te ha dicho ni con lo que has visto de ella.
¿Qué me dices de ti? Cuando te vas a la cama preguntándote qué has aprendido hoy (sobre la técnica, los alimentos, tus semejantes…), tienes la duda de si has aprendido o desaprendido. Y vas a tener que dormir con esa inquietud.
No nos queda de otra. Ya deberíamos estar acostumbrados a vivir con la duda y a descansar, movernos o lo que toque… pese a ella.
__
Otras entradas:
- Una respuesta inteligente: “No lo sé”.
- Todo en orden. Todo claro. Todo mentira.
- Cuando te asaltan las dudas o el deseo de rendirte.
Gracias por venir.