En tu camino hasta aquí has cosechado éxitos. Y no serán los únicos. Todavía te quedan por delante pequeños y/o grandes logros que celebrar.
Vencerás miedos. Aprenderás cosas nuevas. Conquistarás objetivos personales que te propongas. Quizás ganes dinero para llevar una vida menos apretada o mucho más cómoda.
Y quién sabe qué más lograrás, si te lo propones y sigues adelante.
Observa qué has puesto en la vida de los demás. ¿Cómo les has influido? ¿Has dado lo mejor de ti? ¿Les has dedicado tiempo?
Bueno, no le hagamos tanto caso al tiempo. En el amor, el tiempo no lo dice todo. Quizás compartas con un amigo o con una pareja cinco o diez años.
Pero lo que cuenta no es la cantidad de años, sino los momentos de risas, las tardes de tertulia, los atardeceres que habéis paseado juntos, etc.
Puede que, más adelante, algunos éxitos que coseches sean tan sólo un recuerdo. Sin embargo, la huella que dejas en una vida “que tocas” permanece.
Algo tuyo se queda en el niño que ayudas a crecer, en el amigo que escuchas, en el compañero que abrazas, en el árbol que plantas y en el pequeño animal que salvas.
Y, si te pasa como a mí, con el pasar de los años verás cómo van tomando relevancia ese tipo de éxitos y le van ganando terreno a otros, que quedan en segundo plano.
Así sea un instante o toda una vida compartida, cuando das amor el triunfo se prolonga más allá. ¿No es esto un éxito? ¿Acaso no es uno de los mayores y más satisfactorios?
Celebremos estos éxitos y la oportunidad que aún tenemos de cosechar unos cuantos más, ¿te parece?
Imagen de @notnixon