¿Te hieren los desplantes, las críticas ácidas, las malas caras, las pullas y otros gestos y lindezas del prójimo?
He aquí la solución: Evita tomarlo de manera personal. O, como reza el título, evita tomarte ciertas cosas tan a pecho.
¿Crees que es egoísta o cínico ignorar determinados comportamientos u opiniones de nuestros semejantes? Qué va.
Te invito a que analices conmigo por qué es perfectamente sano y razonable ser impermeable en determinados casos.
Tú no eres el centro del mundo
Yo tampoco y quien te ataca, te critica o te deja en evidencia tampoco lo es.
El principal motivo para dejar de tomarse las cosas tan a pecho está en la humildad, precisamente. A ver quién es tan importante como para que todo gire en torno suyo…
Los demás tienen su propia historia
La persona que nos “ataca” o pretende herir nuestros sentimientos tiene su historia y sus motivaciones ajenas a nosotros.
Quién sabe si está deprimido, cansado, estresado, aburrido; si se siente inseguro o si busca otro tipo de satisfacción.
Imagina que un amigo tuyo te llama por teléfono en el preciso instante en el que tu pareja ha decidido marcharse de casa y está saliendo por la puerta con su maleta. Te sientes rematadamente mal.
En ese momento, no atiendes el teléfono y al día siguiente tu amigo te llama muy compungido y decepcionado, porque estaba deseando contarte que ya tenía fecha para su boda y tú, no sólo no atendiste la llamada sino que no lo llamaste más tarde.
¡Qué mal amigo! ¡Qué desconsiderado!
Claro, este amigo se siente decepcionado porque piensa que no te importa. Se ha sentido herido antes de saber los motivos por los que no le atendiste.
Se ha limitado a interpretar tu silencio y a tomárselo como algo personal. No tiene sentido, ¿verdad? ¡Si no sabe lo que te ha pasado!
Pues esto es un error que cometemos frecuentemente: Pensar que una actitud se debe a nosotros, cuando detrás hay otras justificaciones más verosímiles.
Lastimando adrede
Volvamos al ejemplo anterior: Cuando tú no atendiste a tu amigo porque te encontrabas mal, no tenías la intención de ignorarle.
Sin embargo, cuando tu amigo te recrimina tu falta de consideración y te llama “mal amigo”, sí tiene la intención de hacerte sentir culpable.
¿Qué pasa en ese caso? ¿Qué hacer cuando alguien busca herirte a propósito?
Aquí es donde es buena idea vestirte con el impermeable. ¿Por qué?
- Quien te hiere puede que simplemente se sienta mal en ese momento y lo pague contigo.
- Puede que tenga problemas emocionales o existenciales sin resolver desde tiempos remotos.
- Puede que sea su forma habitual de relacionarse con la gente y no conozca otra.
- O puede que sea un tipo desagradable, sin más.
Nada de lo anterior tiene que ver contigo. ¿Por qué antes de sentirte herido no consideras estos puntos?
Digamos que, después de darle vueltas, llegas a la conclusión de que alguien quería herir tus sentimientos aposta.
¿Has escuchado eso de: “No hace daño quien quiere, sino quien puede“? Pues es hora de aplicarlo.
Tú sólo eres responsable de tu propio comportamiento. Si a otra persona le da un arrebato sádico y trata de dejarte por los suelos, el energúmeno es él (o ella), no tú.
Mantén la calma y las palabras tibias, si es que te diriges a esta persona, y procura dejar de lado las emociones.
Deja que resbalen las ofensas sin que se cuelen ni por un poro de tu piel y sal de escena, aunque el otro (u otra) se suba por las paredes y diga que tienes sangre de nabo. A ti, plin.
En definitiva, en eso consiste lo de dejar de tomarse los desplantes y ofensas tan a pecho: En dirigir tu atención afuera.
¡Venga! ¡Vamos a practicar!
Imagen de rhobinn
Comentarios
11 respuestas a «Deja de tomarte las cosas tan a pecho»
Si no nos tomáramos algunas cosas tan a pecho, viviríamos mucho más felices… A mí me cuesta eso de ponerme el impermeable, pero desde luego que es recomendable en según qué contextos… Buen consejo. 🙂
Totalmente de acuerdo. Yo también intentaré seguirlo. 😉
Y si el comentario es de la pareja o familia? La verdad es que soy muy sensible a malos comentarios e inclusive ya despues me di Cuenta que me ha venido a traer varios problemas personale….
Precisamente, quienes mejor nos conocen saben qué tecla tocar para que nos afecte y a veces la pulsan, por el motivo que sea. De ahí que sea conveniente practicar lo de quitarle importancia a ese tipo de comentarios y mucho más cuando se expresan “en caliente”.
Saludos, Ángela.
Cuando nos relacionamos con extraños o gente a quien no conocemos realmente bien, este consejo me parece de lo más lógico, pero si no es ese el caso, me sigue pareciendo un arrebato de cinismo el hecho de ignorar actitudes o comentarios que nos ofenden. ¿Acaso no fomentaremos una mejor relación al tratar de limpiar las asperezas que impiden una convivencia saludable?
Si no reaccionamos a ciertos comportamientos ajenos creo que hasta dejamos de «relacionarnos» en toda la palabra: solo respondemos a lo que nos hace bien, e ignoramos lo que nos puede lastimar, no aceptamos lo que sentimos ni lo trasmitimos.
Hola, Rodrigo!
Cuando algo nos molesta (en nuestras relaciones con personas cercanas) lo más sano es expresarle a la persona cómo nos sentimos por lo que ha ocurrido. Incluso es necesario aclararlo, para prevenir que la relación se deteriore por una mala comunicación.
Tienes toda la razón.
El post va más en la dirección de esas veces en las que la persona, por su cuenta, atribuye el significado que le parece a lo que ha ocurrido, sin hablarlo con el interesado.
Y también se mueve en sentido contrario: Cuando el que se siente herido pretende hacer sentir culpa al otro (sólo por haber inferido sus malas intenciones).
Todo eso por falta de comunicación, que es lo que tú propones, y lo que hubiera evitado todos estos malos entendidos.
Gracias por comentar. 🙂
Concuerdo contigo.
Y las gracias van de más, me gusta el blog.
Es que es muy enriquecedor para mí recibir observaciones, ideas, distintos puntos de vista… Además de que es un bonito detalle. Cómo no agradecerlo… 😉