No lo haces mal. Es así de duro.

Te estás esforzando en lo tuyo. Hay días en los que viene todo rodado y otros en los que te cuesta un mundo avanzar.

¿Por qué? ¿Es que lo estás haciendo mal?

No necesariamente. Hay objetivos vitales que te harán sudar, fracasar, investigar, resurgir… Son así de complejos.

Ocurre que en esta sociedad moderna se valora la comodidad, la facilidad y la inmediatez. Hay productos y servicios que (se supone) te liberan del problema que tengas por un precio moderado.

hacer el vago

Muchas de esas ofertas se aprovechan de la impaciencia y del gusto por lo fácil que estamos desarrollando:

  • Gana dinero mientras duermes. (¿Habrá algo más cómodo?)
  • Libérate de los kilos de más con estas efectivas cápsulas.
  • Todos los secretos de un matrimonio exitoso los tienes en este videotutorial.

Y no.

No es tan fácil…

  • Fácil es hacer lo que otros te dicen, sin tomarte la molestia de pensar o trabajar.
  • Fácil es tirar la toalla a la menor dificultad.
  • Fácil es evadir la responsabilidad sobre las decisiones que has tomado o depositar esa responsabilidad en manos de otro.

Hay experiencias y objetivos duros

Está bien que así sea. ¿O es que te dan miedo?

  • Duro es pensar por ti mismo.
  • Duro es decir que no, con el riesgo de decepcionar a quien quiere que digas “sí”.
  • Duro es seguir caminando cuando llega la cuesta arriba.
  • Duro es levantarte después de caer una o veinte veces.
  • Duro es construir la vida que tú quieres, atreviéndote a luchar donde otros se rinden.

Cuando estás atravesando uno de esos momentos, no tienes porqué deducir, a priori, que te estás complicando la vida sin necesidad. Es que hay objetivos así, que se arman con trabajo y paciencia.

Son duros. A días, incómodos. Y, para rematar, a ratos no sabes si lo estás haciendo bien o mal. Un buen ejemplo son las relaciones personales: ¿Han publicado ya el manual definitivo para ser un buen padre, madre, amigo, novia?

Se ve la cara fácil y divertida en las películas, en las series, en Facebook… cuando tú sabes que la historia no es así. Que para que cualquier relación funcione hay que construirla. Y eso cuesta. Te toca poner de tu parte y pasar por días difíciles en el camino.

Quien dice relaciones, dice cualquier otro asunto de ésos que has de trabajar día a día. Es duro. Inviertes esfuerzo, sí. Porque lo vale.

Paciencia. Con el tiempo verás los frutos. 🙂

Imagen de pinguino


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