«Estilo» es una palabra que se repite bastante cuando nos referimos, por ejemplo, a la forma de vestir de una persona.
Pero lo cierto es que trasciende a todo aquello que hacemos. Cada uno se viste, escribe, baila, cocina o barre la casa a su manera.
Una vez adquiridos los fundamentos y técnicas de un aprendizaje, ya sea de manera autodidacta y/o con el apoyo de otras personas, nace el estilo propio: ese sello personal.
Imagínate a un cantante, por ejemplo, de voz exquisita y técnica impecable, replicando casi de manera exacta la forma de cantar de otro cantante famoso.
Tiene su mérito, sí, pero en ese «replicante» la creatividad brilla por su ausencia.
El estilo personal es resultante de ser creativo.
Y, para ser creativo, has de permitirte ser tú mismo. ¿Cómo? Corriendo el riesgo de equivocarte, de cometer errores, sin esperar un resultado perfecto de buenas a primeras.
¿A qué te suena todo esto? Claro, ¡a la autoestima! 😀
Una baja autoestima obstaculiza la creatividad, ya que la persona se lo piensa mucho antes de correr ciertos riesgos y prefiere apegarse a una forma convencional y correcta de hacer las cosas.
No sucede siempre así, porque la Historia está llena de genios con problemas de autoestima.
Pero, a pesar de eso, lo más frecuente es que la creatividad vaya de la mano de la autoestima.
La creatividad nos permite celebrar que somos individuos únicos.
No necesitamos «replicar» el modo en el que otros hacen las cosas. Ese tiempo lo invertimos en expresar quiénes somos, cuál es nuestra esencia; haciendo lo que hacemos con nuestro propio estilo.
El resultado podrá ser considerado mejor o peor que otro.
¿Y qué? Su verdadero valor estriba en que es único.
Imagen de onkel_wart
Alba dice
Yo tengo estilo personal a la hora de la comida. Supongo que mi autoestima debe ser muy alta porque todo el mundo se avergüenza de mi forma de cortar la comida. Cuando tengo que cortar un trozo de algo, no cojo el tenedor como el común de los mortales, si no que lo empuño como si quisiera matarlo en vez de cortarlo…Cuando era pequeña me reñían, creo que ahora saben que es parte de mi encanto, je je je.
Lo que quiero decir con esta «anécdota», es que no tengamos miedo de ser diferentes, al fin y al cabo, en la variedad está el gusto :).
Un besazo
TBM - Casandra dice
Es muy bueno el ejemplo. 😀 Ahí, imprimiendo estilo personal en lo cotidiano… ¿Por qué no celebrar eso que nos hace únicos?
Bueno, hay veces que todos hacemos ciertas cosas de un modo similar sólo porque es lo más práctico, pero ocasiones y detalles no nos faltarán para dejar nuestro sello.
A mí ahora no se me ocurre ninguna peculiaridad destacable de las mías. 🙂 Ya pensaré en alguna…
Besos!!!!!