Si te gustaría hacer las cosas de un modo distinto o reordenar tus prioridades vitales, ¿a qué estás esperando? La hora de vivir es ésta.
Vive sin prisa, pero sin pausa.
¿Por qué?
1. Porque la vida es breve. Un tercio se te va durmiendo y súmale el tiempo en el que te cambian pañales o estás enfermo. Así que, si tienes salud para hacer lo que quieres, ¡aprovecha!
2. Porque, cuanto antes empieces, antes aprendes. Y, si la cosa no sale bien a la primera, más tiempo tienes para volverlo a intentar.
3. Porque las oportunidades llegan antes si las buscas. Abre los ojos y disponte a cazarlas.
4. Porque es más fácil de lo que piensas. Si quieres algo grande, hoy sólo tienes que dar un paso para conseguirlo. Los objetivos ambiciosos se conquistan así: poquito a poco.
5. Porque pierdes menos tiempo quejándote. El tiempo en el que estás haciendo cosas no lo estás malgastando en quejas ni fijándote en las influencias negativas o en los comentarios de otros. Estás trabajando en tu vida.
6. Porque el momento donde puedes actuar es éste. Ya no puedes cambiar el pasado, pero hoy sí puedes aprovecharlo.
7. Porque te sentirás mejor. Haciendo cosas (las que tú elijas) es como aumentas la confianza en ti mismo, incluso si no te salen bien a la primera.
8. Porque tú eres el protagonista. Admirar lo que otros hacen está muy bien. Pero tú no naciste para ser un simple espectador.
9. Porque te sorprenderás de ti mismo. Hasta que no desafías tus propios límites, no sabes hasta dónde puedes llegar. Quién dice que no puedes hacer realidad lo que hoy es tan sólo una vaga aspiración…
10. Porque hoy dormirás mejor. Hoy habrás dado el pasito diario o, en todo caso, habrás hecho lo que está en tu mano para llegar a la cama con la sensación de que has aprovechado el día.
Ríe, ama, trabaja, juega… ¡Lo que sea! Pero, muévete.
Vivamos sin apatías, procrastinaciones, ataduras ni miedos imaginarios. Hagamos lo posible para aprovechar lo que se pueda. No hay tiempo que perder.
Imagen de AlicePopkorn