¿Por qué odiar San Valentín?

Los detractores del popular “día de los enamorados” suelen opinar que el 14 de febrero es un día programado por los comercios para que gastemos más.

En eso tienen razón, pero ésta no es la única “fecha consumista” del calendario. Detrás de cada celebración suele haber un negocio y el que la festeja gasta lo que puede o lo que quiere.

Personalmente, puedo celebrar el día de los enamorados sin hacer un gasto extra. Así es la excusa del consumismo no me sirve para aborrecer San Valentín.

Por otra parte, hay personas que piensan que para mostrar tu amor, cualquier día del año es bueno. ¿Para qué tiene que existir un día del amor?

Qué caray… Esta gente también tiene razón. Pero, si nos ponemos así, podemos eliminar de un plumazo un montón de fechas “especiales” del calendario, ya sean religiosas o profanas.

¿Para qué sirven, si cualquier día podemos honrar o celebrar lo que nos plazca?

Pues, según lo veo yo, sirven para hacer de la celebración o la conmemoración algo más grande. Cuando buena parte de la humanidad nos unimos para celebrar lo que sea, a mí me parece emocionante.

Por lo tanto, esa sensación compartida de que el amor es algo valioso me hace descartar las ganas de que eliminen el día de los enamorados.

¿Qué me queda para oponerme a San Valentín?

Quizás el mayor impedimento de todos: No tengo pareja. ¿Se puede celebrar el día de los enamorados sin tener pareja?

Ésta es otra razón por la que hay personas que detestan San Valentín. Personas que no tienen pareja y que, cuando llega esta fecha, se sienten más tristes.

Aunque tener pareja no es siempre sinónimo de felicidad. Hay quien la tiene, desde hace muchos años, y se siente lo mismo de solo y de frustrado. Pero esto es otra historia.

En mi caso, no estoy triste por la falta de pareja. Prefiero dejarme llevar por la ternura que siento viendo las caritas de los enamorados y lo revueltos que están en ese día.

Al ser una celebración compartida, no tenemos que jugar todos el mismo papel. Unas veces se es el enamorado y otras, el testigo o el cómplice.

Total, que se me desmonta otra excusa para detestar San Valentín y no se me ocurren más. (Si quieres apuntar alguna, perfecto.) 😉

Viviré el 14 de febrero intentando quedarme con lo bueno, si lo encuentro, o si no… ya le buscaré otro sentido al margen de Cupido.

Ah… Y espero que tú también te quedes con lo mejor. 🙂

Imagen de ArloMagicMan