Lo que creemos y lo que pensamos tiene un profundo efecto en nuestra forma de actuar.
Cuando todo parezca salir mal, echa un vistazo a tus pensamientos. La terapia cognitiva te ayuda a comprender la conexión entre los pensamientos negativos y lo que está sucediendo en tu vida.
Los pensamientos negativos son el reflejo de nuestra forma de pensar y consisten en anticipar que todo va a salir mal en lugar de pensar que las cosas pueden ir bien.
Imagínate que estás en una feria un fin de semana, a punto de participar en un juego que consiste en intentar encestar una pelota pequeña y que, justo antes de tirar, se te pasa este pensamiento por la cabeza: «No voy a poder encestar la pelota. No sé ni para qué estoy jugando».
En un instante, toda la energía y la diversión se han esfumado. Al final te decides a jugar, pero estás todo el tiempo mirando cómo lo hacen los demás en lugar de centrarte en encestar.
Y es que, sin saberlo, ya has sido derrotado antes de empezar. Llegados a este punto, aunque ganes, pensarás que ha sido un golpe de suerte y ni siquiera te alegrarás.
¿Esta historia te suena? Si es así, entonces podrías beneficiarte mucho de la terapia cognitiva.
La terapia cognitiva es una parte de un grupo mayor de terapias diseñadas para cambiar tu vida, abordando tus patrones de pensamiento desde la raíz.
En primer lugar, debes darte cuenta de que estás atrapado por la negatividad. A continuación, se trabaja directamente para cambiar tus pensamientos y la perspectiva que tienes sobre el mundo y tu vida en general.
Para que esta terapia funcione, tendrás que trabajar duro. La terapia cognitiva funciona mejor cuando se pone en práctica constantemente.
Tu terapeuta te ayudará a reconocer los pensamientos negativos y a averiguar cómo aparecen y qué hay detrás de ellos.
Una parte del proceso para llegar a la raíz de los pensamientos negativos son los registros de pensamiento.
Tu terapeuta te preguntará qué áreas de tu vida te gustaría cambiar. Si tus pensamientos te dominan y te impiden conseguir lo que deseas, registrarlos te será de de gran ayuda.
Así es cómo funciona. Cada vez que tengas un pensamiento negativo, anótalo. Para ello, no olvides llevar siempre contigo una libreta y un bolígrafo. Haz esto cada vez que tengas un pensamiento negativo.
A continuación, considera dónde se originaron esos pensamientos negativos.
La mayoría de nosotros formamos nuestros patrones de pensamiento en la infancia y a partir de las experiencias que hemos tenido. Escríbelo también.
Después deberás comenzar a elaborar pensamientos positivos alternativos para reemplazar a los negativos. Este paso te ayudará a analizar la situación en perspectiva y a verte de otra manera.
También creará mecanismos de supervivencia para reconocer qué es lo que desencadena esos pensamientos negativos, para que puedas pararlos cuando te vengan a la cabeza.
Si no estás satisfecho con tu vida, una gran parte puede deberse a la forma en la que piensas. Si es así, la terapia cognitiva te puede ayudar.