Estamos a punto de estrenar un nuevo calendario. ¿Te ilusiona el año que está a punto de comenzar? ¿Qué esperas lograr durante el mismo?
El inicio de un año nos invita a mirar hacia delante, como en una relación que recién comienza. Pero en esa relación nos adentramos con el bagaje de experiencias que nos ha dejado la anterior.
¿Qué experiencias resaltas tú del año que está por concluir?
Para mí ha sido un año más complicado que los anteriores. Hubo cambios sustanciales que no esperaba. Hubo pérdidas, golpes, retrocesos, dolores inéditos… Tantas complicaciones que, en otros tiempos, hubiera estado deseando que sonara la traca final del año para dejarlo atrás.
Pero ahora sé que esa no es la manera de empezar el año con buen pie. No es lo ideal adentrarse en una nueva relación con un equipaje de rabia y dolor, cuando puedo elegir otra alternativa.
Las experiencias duras que tú y yo hemos vivido este año también hablan de lo que hemos luchado, de los miedos que hemos superado y de la cantidad de cosas que hemos aprendido.
Y, además, están todas esas alegrías que merecen un poco de atención. En el año que se va hubo risas y música. Hubo personas con las que compartimos buenos momentos. Hubo docenas de maravillas cotidianas que disfrutamos, a pesar de las dificultades.
De todo lo que ha ocurrido durante el año, ¿qué tal si nos quedamos con lo que nos sirve?
¿Qué tal si hacemos las paces con el año que termina y entramos en el nuevo con una selección de todo lo que nos dará energía para seguir adelante?
Podemos reconocer lo bueno que vivimos. De todas las experiencias duras, guardarnos lo aprendido. Y dejar que, poco a poco, queden atrás dolores, culpas, frustraciones o rencores, que añaden un peso innecesario al equipaje que vamos a seguir porteando.
Porque el amanecer de mañana es probable que se parezca bastante al de este día. Seguiremos resolviendo retos y problemas parecidos. Lo que puede hacerlo distinto es esa ilusión de comenzar de nuevo de la que muchos queremos participar.
Si tú también la sientes, adentrémonos en el nuevo año con un sentimiento de gratitud que nos ayude a apreciar lo bueno ocurra. Con la sabiduría que hemos ganado para afrontar los problemas que van a surgir. Y con ganas de construir, de aprender, de crecer.
Que todo eso nos impulse.
¿Te suena bien? ¿Con qué vas a quedarte tú de este año que termina?