Cómo convencer a una persona para que cambie de hábitos

¿Quién no ha deseado alguna vez que una persona de su entorno cambiara alguno de sus hábitos?

Ya sea por mejorar la convivencia o, simplemente, para procurar su bienestar, muchos de nosotros hemos querido convencer para que cambie a esa persona con quien tenemos una relación cercana.

¿Es esto posible? Sí, pero hay que tener en cuenta ciertos elementos de partida.

adiestrar

1) Evitar colocarse en un plano superior

Cuando tratas de persuadir a alguien, el tono es importante.

Y, en este caso, lo menos efectivo es adoptar un rol de superioridad, juzgando a la persona y empujándola en el sentido correcto, porque tú sabes mejor que nadie qué es lo que le conviene.

Báñate.

Friega los platos.

Deja de hacer esas bromas absurdas todo el tiempo, que pareces tonto.

A ver… ¿A quién le gusta que un amigo o una pareja (donde existe una relación de igual a igual) se comporte como un sargento dando órdenes? ¿A quién le gusta sentirse adiestrado como un perrito?

La persona estará más receptiva cuando te aproximes a ella en un tono distinto. Primero, aceptándola como es y, después, sugiriéndole un cambio que va a redundar en su bienestar.

— Oye, ¿no sería mejor que hicieras esto de otra manera?

— ¿A qué te refieres?

2) Hacer que la persona tome conciencia de la situación

Ésa es otra. ¿Cómo vas a ayudarle a una persona a cambiar si ella misma no tiene conciencia de cómo impacta ese mal hábito en su vida o en la convivencia?

Cómo le dices a alguien que dedique más tiempo a la relación, si no se ha dado cuenta de que trabaja demasiadas horas.

O cómo le vas a pedir que diga menos malas palabras a lo largo del día, si no es consciente de que, de cada 3 palabras que pronuncia, 2 son groserías.

Hay que hablarlo, sin presiones, ayudando a la persona a que identifique qué está ocurriendo.

¿En qué consiste el «problema»? ¿En qué le afecta a él/ella y a su relación con los demás?

Si una persona no es consciente de lo que podría cambiar y de para qué hacerlo, ¿por qué va a decidirse a cambiarlo?

3) ¿Está abierta al cambio?

Esto es lo más importante de todo: No puedes convencer a alguien para que cambie, si esta persona no quiere cambiar.

Es difícil cambiar algo que ha estado haciendo durante años o que, prácticamente, forma parte de su identidad. Es natural que se ponga a la defensiva y se resista.

Pero, si ya es consciente de la situación y, en algún momento decide que lo que le propones es una buena idea, ahí sí puedes ayudar. La persona no está sola frente al cambio, porque cuenta con todo tu apoyo.

Claro que todo esto son pinceladas. La realidad suele ser más compleja. Pero, como punto de aproximación, no está mal tenerlo en cuenta.

En esencia, si deseas convencer a alguien para que cambie alguno de sus hábitos, dialoga con esta persona para que sepa qué está ocurriendo, sin juzgarle. Y, si está dispuesto a cambiar, échale una mano.

¿Nos quedamos con eso? 🙂


Categoría: