Terminan los días festivos. Quedan atrás las felicitaciones navideñas, las luces, las reuniones, etc.
Al bajar el telón, nos encontramos cara a cara con el invierno recién estrenado.
Algunos se alegran de que haya pasado la enajenación de las fiestas. Otros, en cambio, vuelven a la rutina comenzando una cuesta arriba muy larga.
A los problemas que atraviesan se les suma el llamado trastorno afectivo estacional (o depresión de invierno, como la estamos llamando), que en enero-febrero alcanza su pico más alto.

Por estas fechas, hay personas que sienten más ansiedad; tienen más problemas para dormir y para concentrarse; están más cansadas y apáticas…
En definitiva, presentan síntomas similares a cualquier otra depresión, lo cual hace más difícil su diagnóstico.
¿Es tu caso? ¿Te afecta la depresión de invierno?
No es nada grave tener unos cuantos días de bajón. Todos tenemos de esos y no hay que darles mayor importancia.
Pero si te das cuenta de que no levantas cabeza, de que ya no te hace ilusión lo que antes te encantaba hacer y observas alteraciones en tus patrones de sueño y alimentación, considera la idea de ir al médico.
Si los síntomas de esta depresión estacional son severos, quizás necesites el tratamiento apropiado prescrito por un profesional.
Y, tanto en ese caso como en los menos serios, hay ciertas medidas que pueden ayudarte a estar mejor. Ya las conoces:
- Aprovechar las horas diarias de luz.
- Salir más a la calle (incluso cuando esté nublado).
- Hacer algo de actividad física cada día.
Otra idea para combatir la depresión y romper el bucle del desánimo
Hay personas que lo pasan peor al caer en un bucle:
- Como se sienten más cansadas y de peor ánimo en invierno, van dejando atrás actividades y oportunidades de pasarlo bien.
- Y, al no disfrutar, más alicaídas se encuentran y menos ganas tienen de emprender cualquier cosa.
Pequeñas alegrías para romper el bucle
Si estás entre esas personas cuyo estado de ánimo les hace verlo todo cuesta arriba, ha llegado el momento de romper el bucle.
En Huffington Post nos proponen una técnica para vencer las tristezas de enero: El diario de eventos placenteros (Diary of Pleasant Events).
Como podrás deducir, se trata de un pequeño registro en el que anotaremos qué sucesos placenteros disfrutamos cada día.
Si se puede, tomaremos nota de ellos justo cuando se producen o poco después, en lugar de dejarlos para el final de la jornada.
Esto nos obligará a estar pendientes de cada experiencia y de qué sentimos y pensamos mientras ocurren.
Ejemplos: Un paseo por el parque, una llamada inesperada, una buena noticia, un par de calcetines a estrenar…
¿De qué se trata? ¿Qué siento? ¿Qué pienso en este momento…?
De acuerdo. Puede ser un poco laborioso, porque encontrarás que el día tiene más momentos placenteros de los que crees.
Para comprobarlo, puedes probar el experimento durante un día y ya verás que no te falta qué anotar.
El objetivo, además de tomar conciencia de esos momentos y de saborearlos, es salir del bucle que hemos dicho y acostumbrarse a buscar más experiencias placenteras dentro de lo cotidiano.
Imagen de Joe Dsilva