¿Cuándo sueles tomar decisiones más acertadas: Por la mañana, con la mente fresca, o en las últimas horas de un día complicado?
Tanto si tienes una decisión difícil que tomar, como si tus ocupaciones te instan a tomar decisiones delicadas con frecuencia, considera la importancia del descanso en la calidad de dichas decisiones.
A lo largo del día, la energía va disminuyendo, además de por las actividades que realizas, por el número de decisiones que vas acumulando. Tomar decisiones continuamente también desgasta.
Al final de la jornada, cuando estás agotado, es más probable que tomes decisiones poco acertadas, como realizar una compra por impulso, saltarte la dieta a la torera o decir/hacer cualquier cosa que más tarde puedes lamentar.
Entonces, ¿qué puedes hacer para sumar decisiones acertadas?
Ahí van cinco propuestas:
1. DORMIR. Que la noche de sueño te ayude a procesar y organizar lo que tienes en la cabeza. Y, por supuesto, a restaurar energías.
La siesta (si tienes costumbre) también es una pausa refrescante para la mente.
2. Añadir actividades para reponer energía. Cumple con las demandas del día, pero inserta entre ellas ciertas actividades que te sirvan para ir reponiendo fuerzas.
Por ejemplo: comer bien, hacer ejercicio físico, meditar, leer, pasear, reír… o las que sean que a ti te carguen las pilas.
3. Poner lo más importante al principio del día. Aprovecha las horas en las que tienes más energía para hacer el trabajo importante.
Eso anima mucho más que entretenerte haciendo tareas secundarias. Porque éstas igualmente te cansan, haciendo que luego te cueste más hacer lo difícil y que quizás te lleve más tiempo.
4. Reducir el número de decisiones cotidianas. Estructura hábitos y rutinas que funcionen para ti, a fin de reducir decisiones intrascendentes.
Por ejemplo: decide de antemano el plan de comidas; qué días vas a la compra; decide el vestuario de la semana, etc.
Automatiza. Haz hábitos para recortar el número de decisiones. Porque, cada una de ellas que evitas tomar, es un punto de energía que ahorras.
5. Elegir un buen momento para tomar ciertas decisiones: Cuando estés cansado, no tomes ninguna decisión trascendente.
No es el momento indicado para decidir si sigues en un proyecto, si vas a invertir en un negocio o si vas a casarte. Sigue el consejo de nuestros mayores: Consúltalo con la almohada. 😉