Amaneces con el ánimo frío y destemplado. No tienes ganas de sonreír. Pero un encuentro fortuito con una persona agradable cambia el panorama.
Sin que te des cuenta, una sonrisa va asomando a tu cara a medida que interactúas con ella. Y, cuando esta persona se aleja, tú estás más relajado y luminoso.
Sí, te ha pasado. Igual que te ha pasado lo contrario: levantarte de buenas y encontrarte con una persona que te contagia el mal humor.
Las emociones se contagian muy fácilmente. Las positivas, también, incluso en entornos virtuales como Twitter. ¿Quién lo diría? Un estudio como éste. (Eso, a pesar de los problemas que tiene esta red social con los trolls.)
Volviendo a hoy. ¿Qué te interesa más: exponerte al contagio de emociones positivas o al de emociones negativas?
Depende. Ocasionalmente, necesitamos de las emociones llamadas “negativas” para resolver una situación. Son útiles.
Piensa en cuando, gracias a un cabreo, decides arreglar un problema definitivamente, en lugar de darle largas o perder más tiempo preocupándote.
O piensa en cuando quieres sumergirte en la tristeza para poder plasmarla en una obra (musical, literaria…). O piensa en cuando el miedo te motiva para dejar un mal hábito. Y te pones manos a la obra.
Pero, si lo que necesitas es estar tranquilo para generar ideas. O saborear los instantes amables que se entremezclan en el día. O tener la fiesta en paz con el entorno. O sumar en tus relaciones… Te interesa contagiarte de emociones positivas.
Además, a largo plazo, las emociones positivas son más beneficiosas para la salud.
Protege y extiende la sonrisa
Si lo que te interesa es estar de buenas, te sonarán estas ideas. A menudo las desempolvamos:
- Frecuenta los lugares y compañías con los que puedas impregnarte de emociones positivas.
- Presta atención a lo bueno.
- Haz comentarios positivos. Si dices algo no tan positivo, podrías compensarlo con dos o tres observaciones más constructivas o alegres.
- Haz preguntas directas y positivas: “¿Cuál ha sido tu momento favorito del fin de semana?”
No siempre sale lo de estar contento y relajado. ¿Te imaginas que todos los días fueran soleados y de temperatura agradable?
Pero, a diferencia de lo que ocurre con el estado meteorológico y salvando las excepciones, uno sí puede influir (siquiera, un poco) en su propio estado anímico o dejarse influir por la gente que está alrededor.
¿A qué emociones quieres estar más receptivo hoy? Digo, si “se pega” algo, que sea lo que necesites.