Cuando cada día es una lucha que se hace eterna. Cuando te sientes sumergido en una oscuridad aterradora. Cuando presientes en el futuro la amenaza de algo peor.
Cuando estás abajo y sin fuerzas, ¿de dónde sacas la esperanza?
Quizás baste con que abraces otras creencias y convicciones, para que puedas empezar a ver algo de luz.
1. Confía en que los malos tiempos pasarán
La vida cambia continuamente. Las circunstancias que vives hoy cambiarán.
Mañana llegará con otros aires, con soluciones y oportunidades que ahora no ves. Considera esa idea. Ábrete a la posibilidad del cambio. Un cambio que puede ser positivo.
Cada día que pasa y cada paso que das irá transformando tu realidad; de la oscuridad a la luz; de la tristeza a la calma; del dolor a la sabiduría…
2. Aprende de los fracasos y de las experiencias amargas
Todo problema tiene su solución (aunque hoy no la descubras). Y toda experiencia es fuente de aprendizaje.
Quizás no te agrade la lección. Quizás duela demasiado. Pero ahí está para transformarte.
Yo no sé si el dolor te hace más fuerte. Por lo que he vivido, sé que hay experiencias dolorosas que te fortalecen; otras, te fortalecen en un aspecto y te debilitan en otro. Y yo diría que también pasé por experiencias que para nada me hicieron más resistente, sino todo lo contrario. Cómo saberlo…
Lo que sí sé es que de todas esas experiencias se aprende algo. Una lección que, a medida que el dolor va quedando atrás, se hace más nítida.
Y todo ese conocimiento puedes usarlo más adelante, en otro momento, ya sea para actuar en una nueva situación o para ayudar a quienes tienes cerca.
Por otra parte, los tiempos de adversidad son una oportunidad para conectar contigo mismo, para descubrir esos aspectos de tu persona que son poco visibles cuando la vida está “en calma”.
Quizás descubras dentro de ti una gran capacidad para resistir, para persistir para subsistir creativamente. ¿Acaso no te has sorprendido alguna vez al darte cuenta de que tus límites estaban más allá de lo que tú pensabas?
3. Sigue adelante, a pesar de la incertidumbre
¿Cómo sigues adelante cuando lo ves todo negro? Es difícil, pero necesario.
Es más probable que descubras esa pequeña luz si continúas dando pequeños pasos; superando cada obstáculo del camino, tropezando, levantándote… La esperanza nace y crece cuando decides moverte.
No tienes que hacer el camino solo. Déjate ayudar por quienes te quieren. Busca recursos, inspiración en quienes han superado pruebas similares…
Tampoco tienes porqué presionarte. Si hoy se te agotaron las fuerzas, deja tu carga a un lado, descansa… Y vuelve al camino mañana.
A partir de ahí, quién sabe qué pasará en el futuro…
Pase lo que pase, tú estás poniendo de tu parte para cambiar a mejor lo que está en tu mano. Estás saliendo despacio, pasito a paso. Pronto verás la luz. Confía.