Hoy hablamos de las disculpas innecesarias y de porqué evitarlas.
Partamos de que disculparse consiste en asumir un error de forma sincera pidiendo la comprensión de aquél a quien nos dirigimos.
Además, en el gesto también está la intención de reparar el daño que nuestro error o actitud ha causado.
Te habrás dado cuenta de que hay personas que rara vez se disculpan y de que también están aquellas que tienen el hábito de disculparse demasiado.
Ninguna de estas dos posturas es recomendable y hoy nos centraremos en el segundo caso.
Las causas por las que alguien se disculpa en exceso son habitualmente tres:
- por evitar conflictos,
- por hábito
- y/o debido a una baja autoestima.
Pero, ¿cuándo son excesivas las disculpas?
Existen situaciones en las que las disculpas son innecesarias o incluso inapropiadas. Ejemplos:
- Cuando das tu opinión personal acerca de determinado asunto. Todo el mundo tiene derecho a tener su propia opinión. ¿Qué sentido tiene disculparse por pensar? Otra cosa es disculparse si has faltado al respeto.
- Cuando alguien te llama a altas horas de la madrugada y te disculpas por no poder atenderle. ¿Cómo? ¿Qué es eso…?
- Cuando, ya que has pedido disculpas por algo y sigues diciendo “lo siento” una y otra vez. Con una vale, ¿no?
También hay trivialidades por las que una persona se disculpa automáticamente sin que haya necesidad.
Por ejemplo, cuando alguien te pregunta si viste ayer tal debate en la televisión y tú dices: “No, lo siento.”
Ay, no… Cuidado con el hábito de decir “lo siento” en situaciones irrelevantes.
El peligro de disculparse demasiado
Cuando te disculpas mucho, quizás quieras proyectar la imagen de que eres una persona agradable, pacífica, respetuosa y accesible. Y habrá quien lo vea así, pero no todo el mundo lo hará.
Habrá quien vea detrás de esos gestos a una persona débil y sumisa. Habrá quien te vea como un pesado. Eso no importa.
Lo que importa es que también estarán los que se sientan tentados de aprovecharse de la situación.
Cuando dices “lo siento” por cada pequeña cosa y los demás perciben que es por inseguridad, por baja autoestima, te arriesgas a que venga alguien que te trate mal.
¿Por qué? Porque demuestras que necesitas la aprobación de otros y habrá quien lo aproveche.
Cómo evitar las disculpas innecesarias
- Reconoce tu valor como persona: Cuando dices “lo siento” continuamente estás poniendo el énfasis en lo que haces mal. Pero todos somos imperfectos y cometemos errores, uno tras otro. Eso no le resta valor a nadie. Descubre lo mucho que vales sin centrarte en las imperfecciones.
- Compréndete: ¿Por qué te disculpas tanto? Si es para agradar a alguien o para evitar que se sienta mal, considéralo. Tú no eres responsable de cómo pueda sentirse.
- Tómate tiempo: Si hay algún problema o conflicto, no tengas el “lo siento” preparado para lanzarlo a la primera oportunidad. Reflexiona con calma sobre si en realidad ha sido culpa tuya.
- Rompe con el hábito: No digas “lo siento” de forma automática, sino cuando realmente lo sientas y asumas que el error ha sido tuyo.
Además de reforzar la seguridad en uno mismo, lo anterior tiene otra enorme ventaja:
Le devuelve el sentido a la expresión “lo siento“, que deja de estar vacía de contenido para emplearse en aquellos casos en los que nos arrepentimos de corazón.
Imagen de Half Chinese
Comentarios
Una respuesta a «Cómo evitar las disculpas innecesarias»