Pon fecha de caducidad a tus cosas viejas

¿En tu trastero no cabe ni una canica? ¿Tienes armarios, baúles, cajas y estanterías llenos de objetos que ya no usas?

A veces acumulamos trastos porque, sencillamente, no encontramos el momento de deshacernos de ellos. Si es el caso y, cada vez ves más cercano el día en el que tendrás que salirte de casa para dejar sitio a las cosas, esta idea te puede ser de utilidad.

Elige una zona. Comienza por una estantería, por ejemplo. (Yo empezaré por el armario, que falta le hace.)

De lo que hay, selecciona esos objetos que no usas pero que guardas «por si acaso». Reúne unos cuantos en una caja. Y a esa caja le pones una etiqueta con lo que contiene y, además, una fecha de caducidad.

(Te sugiero que la fecha no supere el año. De nada sirve que la fecha de caducidad sea el año 2120.)

Por último, ciérrala muy bien. Precíntala a conciencia. Y decide a quién le vas a dar lo que hay en su interior en caso de no abrirla: A Cáritas, al vecino, a tu prima… o al contenedor de reciclaje.

Transcurrido el tiempo que fijaste en la caja, si no la has abierto es que, obviamente, no te ha hecho falta nada de lo que está dentro.

¿Qué haces entonces? Llevarla o entregarla, sin abrir, al sitio o persona que decidiste cuando embalaste los objetos.

Yo esto lo hice una vez. Fue con ropa, precisamente. Me daba mucha penilla desprenderme de ella, porque la tenía asociada a mis aventuras de la adolescencia.

Agarré jerseys y pantalones que estaban como nuevos. Los guardé en una caja. Y, cuando pasó un buen tiempo, la llevé sin abrir a casa de mi hermana. Así ella pudo aprovechar la vida útil que le quedaba a esa ropa.

Por si te sirve el tip, ahí te lo dejo. Y también te dejo las ventajas que le encuentro a tener pocas cosas en medio, para que veas en qué se basa esta entrada.

Imagen de Andy2Boyz