La mejor forma de dejar de fumar es la que a ti te funcione, ni más ni menos. Quizás lo consigas al primer intento o puede que tengas que probar más veces.
En una de ésas, lo mismo se te ocurre darle una oportunidad a esa gran idea que se sale de lo común… ¡y te resulta!
Podría ser algo como lo que sigue.
1. Hacer un crucero, una expedición al Himalaya o, en plan más modesto, un viaje donde NO puedas fumar.
2. Quedarte embarazada, si eres mujer y estás en edad de procrear. Aguantando 9 meses sin fumar, ya has hecho lo más difícil. ¡Sigue así!
3. Hacerte un blanqueamiento dental que te cueste un ojo de la cara. O, en su versión más asequible, una limpieza que no quieras arruinar al poco tiempo con ese tonito amarillento del tabaco.
4. Hipnosis, homeopatía, acupuntura… ¿Te atreves? Esos recursos son efectivos para muchas personas. En ocasiones lo que consiguen es rebajar el nivel de ansiedad dado que la persona cree en su eficacia (efecto placebo).
Pero, mira… Yo no soy quién para criticar ningún método si no lo he probado. Si a ti te apetece darle una oportunidad a alguno de este estilo, adelante. Genial.
Lo que te sugiero es que te informes bien antes, no sea que caigas en manos de algún sacacuartos. ¡Las opiniones de los que quieren venderte el remedio a toda costa no cuentan!
Preferiblemente pregunta a gente de tu grupo de amigos y conocidos. O, por supuesto, a un profesional imparcial.
5. Tener una pareja que odie el tabaco. Si estás solterito, aprovecha para ligarte a la persona más intolerante en lo que a humos se refiere.
Verás cómo te convence para que dejes “eso”…
6. Hacer una despedida sonada del tabaco. Algo así en plan fiesta multitudinaria, donde invites a un gran número de personas. Anuncia ahí tu compromiso.
7. Abrir un grupo o página en Facebook anunciando tu compromiso de dejar de fumar como medida de presión. Si eres famoso, no serás el primero que lo intenta. Trombas de fans controlarán tus movimientos y, como vuelvas a probar un sólo cigarrillo, se unirán en masa para hacerte… ¡lo peor!
Si no eres famoso, esto es menos efectivo y terrorífico. Queda lo que sigue…
8. Escribir un blog que no visite ni tu madre. Es mi caso, cómo no. Si te unes con una idea de auto-presión parecida, ¡vamos! ¡Que nos duelan los dedos de tanto escribir!
9. Apostarte un fortunón con un amigo. Tampoco tiene porqué tratarse de dinero. Apuéstate que sales como dios te trajo al mundo a darte un paseíto por el centro de la ciudad en pleno enero, si es que no has dejado de fumar en cierta fecha.
Quizás no te quitaste del tabaco con la apuesta, pero con la neumonía que probablemente padezcas vas a tener otra oportunidad. (Sorry, si no te gusta el humor negro).
10. Llevar un casco todo el día. Hazte uno en plan casero, como se le ocurrió a este turco (enlace de la noticia); un casco que tenga su buena ventilación y que te puedas quitar a la hora de comer. Porque si no…
Si alguna idea de las anteriores te sirve, no sabes la alegría que me llevo. Si no, ya iremos viendo otras.