Cómo hacer que las oportunidades lleguen

Cualquier día, en cualquier momento, estarás frente a una nueva oportunidad. Puede que ésa que llevas tiempo esperando.

Suena bonito. Pero dentro de ti persisten las dudas:

¿Y si no es así?
¿Y si nunca llega?
¿Qué pasa si no soy capaz de reconocerla cuando la tenga delante?
¡Bah! Yo tengo mala suerte. Nací con mala estrella.

¡Uy! Esa mentalidad tan pesimista (poco realista) no ayuda. ¿Qué te parece que reflexionemos sobre cómo atraer y aprovechar las oportunidades, desde otro punto de vista?

oportunidades

1. Crea tu buena suerte

Hay circunstancias que no puedes controlar y que, de tanto en tanto, juegan a tu favor. ¿Cómo llamas a eso?

Si decides llamarlo buena suerte, está bien. Pero son contadas ocasiones en las que la casualidad o determinados sucesos espontáneos te besan la frente.

La mayoría de las veces no es así. Tú eres quien construye tu buena suerte con lo que haces cada día. Con cosas como las que siguen a continuación…

2. Acéptalo: El talento NO es lo más importante

En todos los rincones del mundo hay personas que poseen cualidades excepcionales, un enorme potencial para triunfar en el área que sea (en el arte, en los negocios, en la ciencia…).

¿Qué ocurre? Que si ese potencial no es desarrollado y canalizado, las oportunidades NO llegan.

En su lugar, personas con cualidades más modestas pueden abrirse paso y llegar hasta arriba. Quizás hayan crecido en un ambiente más propicio, pero muchas otras consiguen su meta a base de lucha.

3. Esfuérzate

Ni todo el talento del mundo sustituye al esfuerzo, al trabajo, a la dedicación constante.

Quienes se esfuerzan se exponen a hacerlo mal, a fracasar y a llorar de impotencia en algunos momentos.

Pero en ese camino de lucha encuentran más oportunidades que la persona “talentosa” que decide no exponerse, dejando que su talento se vaya evaporando en lugar de hacerlo crecer.

4. Mantén tus ojos abiertos

Pocas veces las oportunidades se anuncian a bombo y platillo. Muy pocas veces “llegan” a tu vida llamando a la puerta.

Eres tú quien ha de descubrirlas a tu alrededor, explorando qué caminos puedes tomar dependiendo de tus circunstancias, que son distintas a las de cualquier otra persona.

Esto, junto al esfuerzo, es necesario. Porque, ¿de qué sirve que trabajes tanto, si te quedas en una esquina absorto en tu preparación?

Abre los ojos, investiga, infórmate, considera opciones… ¡y atrévete a salir de la burbuja!

5. Sal ahí fuera: Relaciónate

¡Ay, la burbuja…! Uno no está solo en su microcosmos.

La mayoría de las oportunidades dependen de nuestras relaciones con los demás.

Que tampoco esto quiere decir que pulules como una mariposa social, si no es tu estilo. Tan sólo, no te aísles.

Permanece en contacto, interactúa, déjale saber al mundo que tú estás ahí, que estás listo. Esto también es una fuente rica en oportunidades, ¿quién lo duda?

Conclusión: ¿Qué te parece si, en lugar de esperar que las oportunidades “lleguen” nos disponemos a cazarlas?

Con empeño, puede que hallemos algunas oportunidades grandiosas. O, quizás, no tan grandiosas… Pero, sin duda, su número será mayor que si, simplemente, nos limitamos a esperarlas.


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